Otra CADE más

Tal como ocurre por estas fechas, se llevó a cabo una nueva versión de la CADE, la ritualista reunión de los ejecutivos peruanos que sirve, bienintencionadamente, para darse un baño de conocimientos acerca de cómo va el país, pero fundamentalmente para vacacionar unos días, envueltos en una serie de manjares, tanto corporales como gastronómicos (que también resulta siendo corporal o físico).

La novedad de este ritualístico evento es que se ha realizado, por primera vez, en un lugar fuera de los acostumbrados, vale decir, Lima o Arequipa (al que he ido cada vez que se realiza aquí). La versión 2010, se ha hecho en Urubamba, Cusco, un lugar paradisíaco que ya empezó a ser invadido por los intereses y angurrias inmobiliarias.

Cierta novedad la ha producido la presentación de los principales candidatos a la presidencia, quienes, por costumbre, dan un discurso empresarial (el único que desentonó fue Humala con un aburrido e inconvincente discurso antisistema). Después, todo fue lo mismo, incluso en lo temático, pues como ocurre casi siempre, se volvió a abordar el tema de la importancia de la educación para garantizar un auténtico desarrollo sostenible para el país.

La verdad que ya resulta aburrido escuchar lo mismo sin ninguna medida concreta. Ocurrió el año pasado en la Cade de Arequipa y ha ocurrido desde hace años. Pasado el Congreso, todos, bien bebido y comidos, regresan a sus puestos ejecutivos sin decisión alguna.

En esta ocasión incluso se afirmó que en el plano educativo necesitamos más ingenieros que cocineros, aberrante afirmación que no hace otra cosa que poner en evidencia que el tema educativo se le aborda efectistamente, sólo para las cámaras, pero nada más.

A pesar de todo, lo bueno de estos eventos, por lo menos para los que nos interesa tener datos frescos sobre nuestra realidad, son las exposiciones que se hacen. Muchas de ellas elaboradas por auténticos equipos técnicos. En ese sentido, sugiero que visiten la página de la CADE y vean las ponencias, especialmente de Luis Carraza, pues es un documento que, mínimo, deberían conocerlos aquellos que están, a punta de codazos, peleando por postular a un cupo congresal.

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