Los efectos del MonoPlanet
Poca o ninguna orientación hay en ese momento, pues un aturdido empleado y un atolondrado administrador, no saben explicar cuál de las filas es para determinada película y el público está allí, apretujado y rodeado de restos
de pop corn, gaseosa y cuanta basura hay regada en el salón, pues la limpieza brilla por su ausencia.
En medio del caos se logra pasar la revisión de los boletos y, por fin, se consigue ingresar a la sala. Pocos son los asientos limpios y disponibles pues la sala, recientemente abandonada por el público de la función anterior, convirtió el auditorio en un depósito de desechos. Otra vez, la limpieza se deja extrañar.
Los efectos del monopolio.-
Estos son sólo algunos de los maltratos que el público debe soportar por parte de la cadena de Cine Planet. Consecuencia propia del despreocupado monopolio que esa cadena ejerce en la ciudad.
Reconociendo ese carácter monopólico, al Planet no podemos pedirle que deje de aburrirnos únicamente con películas de corte comercial; es decir, parece una quimera solicitarle que haga el esfuerzo de acercarnos al cine como arte. Su lógica empresarial la obliga a someternos al cine lucrativo. No hay cómo pedirle, por ejemplo, que el Festival de Cine que hubo la semana pasada en Lima, también se proyecte aquí. Eso no lo lograría ni la magia de Harry Potter.
Pero lo que sí hay que exigirle a la administración del Planet es que deje de tratarnos como ciudadanos de segunda al ofrecernos su desorganización y caos, sus ambientes sucios y salas descuidadas. El mal gusto de traer solo cintas taquilleras tenemos que aceptarlo, pero el maltrato, no.
Tienes toda la razón, lo mejor seria que me presentes a tu casero del Avelino para comprar mis peliculas ahi.