La era del hielo 3
A partir de allí, todo es un despliegue de entretenimiento cargado de secuencias ágiles y trepidantes, con escenas que, una a una, compiten en creatividad y pulcritud de artesanos. En medio de todo eso, las secuencias más notables para nuestro gusto, por la carga de humor que contiene, las despliega Scrat. Él abre y cierra, como ya nos tiene acostumbrados, la película. La novedad es que en esta ocasión, su obsesión por la bellota será reemplazada por las mieles del amor. La verdad que Scrat y sus aventuras particulares se convierten en un plus enteramente independiente de esta cinta que no sólo la refresca sino que termina salvándola de varios momentos banales.
La cinta tiene final de puertas abiertas, así que tendremos Eras de hielo para rato, pero cada vez más ligeras con el único propósito de entretener y dibujarnos una sonrisa. Nada más.