Terminator salvation
Las bodas de plata siempre son buenos motivos para celebrar. En el cine los motivos se multiplican, pues significa recrear íconos del celuloide y, de paso, disimular la falta de imaginación y embolsicarse unos milloncitos que nunca están de más. Sucedió con la Guerra de las Estrellas, con ET y ahora con Terminator, aquella cinta que consagró a James Cameron e hizo de Linda Hamilton una de las diosas de la ciencia ficción.