Amor virtual
Mi mofletuda y hercúlea amiga Katy, se anima, toma aliento y suelta la confesión: ya tengo novio. Yo, abro más los ojos y sin falsa alegría la felicitó y la ametrallo de preguntas: desde cuándo, cómo se llama, de dónde es, cuándo salimos y me lo presentas, etc. Ella me mira, se desinfla y con tono bajo hace la otra confesión: ni yo lo conozco, sólo sé que es taiwanés… es mi amor virtual.