21: Black Jack
Spacey es el profesor de matemáticas que adiestra a estos adolescentes ávidos del dinero fácil que usan todo su ingenio, pero para el timo. Ese es otro de los grandes atractivos de la cinta, pues no es una historia basada en la vida real, sino que también desnuda una característica de la juventud actual: la frivolidad y desenfado mezclado con el ingenio. Buena fotografía, un llamativo soundtruck, etc. refuerzan la cinta; sin embargo, el problema es que la película está cargada de clichés que la hace fácilmente predecible, restándole, finalmente, atractivo.
A pesar de ese altibajo, es, quizá, la entrada más decorosa de esta semana. Y si la historia no convence, por lo menos puede ser vista como la vitrina inicial de una serie de jóvenes y nuevos actores que probablemente darán qué hablar en un futuro cercano.