No es país para viejos

Por fin llegó a salas mistianas la gran ganadora del Oscar, la última maravilla de los hermanos Coen que estuvo nominada a ocho estuatillas y que se alzó con las más importantes.
La cinta retoma un viejo género americano: los cowboys o películas del oeste, pero con una ligera variante que la hace genial: es un cowboy moderno; es decir, aquí no hay vaqueros y chunchos, carrozas y flechas, sino traficantes de droga totalmente desalmados, criminales que actúan con lógica empresarial.


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