Bolsitas indignantes

La pregunta de la periodista que me asediaba en plena ceremonia de inauguración de una posta médica en el distrito de Cayma fue inevitable: ¿Qué opina sobre la repartición de las bolsas de alimentos? En realidad, preguntas de ese tipo, se venía venir, pues el gobierno, de manera por demás sinuosa (de madrugada, deseando que nadie se entere, mucho menos los medios) ha empezado a repartir bolsas que contienen arroz, frijoles, leche y atún, todo envuelto con el logo de “Presidencia de la República”, a los dizque, sectores más pobres de la ciudad de Lima.

El anuncio lo hizo la mismísima Ministra del MIMDES, Susana Pinilla aquí, en Arequipa, cuando estuvo la semana pasada al lado del Presidente Regional, Juan Manuel Guillén quien también dijo que, a su modo, haría lo mismo en la Región Arequipa.

La razón de esos anuncios oficiales es la suba de precios de algunos productos de la canasta básica de alimentos, que ha desatado cierto pánico en algunos sectores que consideran que es el reinicio hiperinflacionario de este gobierno (recordemos que, al final del primer mandato aprista, la inflación era de 7650%, una de las más altas de la historia económica ¡mundial¡). Me imagino que para calmar las aguas, el gobierno ha decidido aliviar ese pavor repartiendo esas bolsas, controlar ese eructo inflacionario, y, de taquito, seguir manteniendo cierta popularidad que para los políticos es su principal adicción.

Sin embargo, como bien saben los economistas, y que, como siempre, los políticos no quieren entender, es que tras la medida se podrá lograr el primer y tercer deseo, pero jamás el segundo; es decir, repartiendo bolsitas no se controla la inflación, sino que, al contrario, se la aumenta, como quien empieza a echar leña a un fuego naciente. Sobre esto volveré luego, porque lo que quiero comentar es acerca del comprensible interés de la periodista que me sitiaba con su pregunta, pues quería saber lo que pensaba como Coordinador de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza sobre esta medida gubernamental. Al respecto, poco es lo que podía decir en ese momento, pues justamente por mi condición de coordinador de la MCLCP, no puedo señalar una posición crítica, mucho más cuando a nivel nacional no se ha discutido aún el tema, puesto que no fue, ni siquiera, consultada. Es decir, en este escenario, para este partido, la MCLCP no tiene ningún papel, ni siquiera el de aguatero. Lamentable.

Cuando estuvo por Arequipa la ministra Susana Pinilla ya me sorprendió el asunto, pues por los noticiarios televisivos la veía, regia toda ella, anunciando la medida a favor de los pobres, y yo me preguntaba, ¿porqué la MCLCP-AQP no estaba allí, acompañado a la Ministra en ese importante anuncio, o por lo menos para hacerle saber que se le veía regia? A quien sí veía a su lado es a un miembro de la MCLCP-AQP que permanentemente nos reclama reuniones y coordinaciones y que para ese momento importante simplemente “se olvidó” de pasarnos la voz (sobre el vedettismo de varios miembros de la MCLCP-AQP, lo tocaré en otra ocasión).

El asunto es que la MCLCP no participa de esa medida política y como Coordinador Regional de la misma no pudo opinar al respecto para no generar fricción con el gobierno, por eso es que ante el insistente interrogatorio periodístico nada pude decir. Pero sí hablé como Decano del Colegio de Sociólogos y allí señalé lo de arriba; es decir, que la medida es desatinada porque avivará más la inflación, además que, por la manerita de ponerla en practica, eso generaba muchas sospechas y, finalmente, que todas las veces que se ha querido aliviar de esa

manera la pobreza en nuestro país, ha ocurrido todo lo contrario; es decir, la pobreza aumenta más, al igual que la corrupción pues es inevitable que varias de esas bolsitas terminen en casa de politiqueros desvergonzados.

¿Qué hacer entonces? La academia y la propia MCLCP ya ha presentado desde hace mucho tiempo su posición al respecto; es decir, si queremos, en serio, acabar con la pobreza tenemos que tener una visión multidimensional, con perspectiva de desarrollo humano, donde se contemple no sólo los aspectos económicos, sino también lo socio-político, cultural, ambiental e incluso ético. Reducirlo todo a bolsitas que muy robinjunescamente se reparten sospechosamente en la madrugada, no sólo es ineficaz, sino también indignante.

Puntuación: 4.00 / Votos: 6

Un comentario

  • Jacqueline Centeno

    mientras leía su opinión sobre las famosas bolsitas que reparte el estado peruano me hice una pregunta ¿será que algún día se pueda exterminar la pobreza? en realidad una pregunta un poco tirada de los cabellos, y sin embargo llegue a una conclusión. En los cientos de miles de millones de personas que habitamos este planeta y las condiciones particulares y diferentes de cada region, pienso que ésta sería una tarea más que imposible. Más aún con la ambición rampante que existe a nivel de politicos y empresarios.
    Las dos tendencias mas importantes en el mundo son el socialismo (llamelo comunismo, marxismo o como quiera) que resumidamente tiene la formula de ”regala el pescado pero no enseñas a pescar” o el capitalismo que mantiene una clase media (valga la redundancia) medianamente capacitada para producir dinero y que los convierte en adictos al consumo y al gasto esclavizandolos libremente en el circulo laboral. A menos que no ocurra un ”fin del mundo” en el decir de un cambio radical y completo en el orden mundial de gobiernos, no creo que por algunos siglos más y si aún perduramos por estas tierras los humanos, veamos mucho cambio al respecto. Aún repartiendo las dichositas bolsitas de víveres. ¿ usted que opina ?
    ¿

Responder a Jacqueline Centeno Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *