La encuesta del Instituto Integración “En busca de la identidad peruana” (Agosto, 2014) señala que los peruanos se mueven en dos ámbitos:
1.- En el ámbito personal: Se caracterizan por ser personas optimistas y trabajadoras;
2.- En el ámbito social, muestran facetas opuestas: Una marcada por la colaboración; Otra, marcada por el egoísmo, la envidia y el chisme.
Estos dos ámbitos se manifiesta por tres valores, a los que han denominado:
a.- El optimismo chambeador: Es entendido como el buen humor y compromiso en y con el trabajo, pues 4/10 peruanos trabajan más de las 48 horas legales (NOTA 1): trabajan más de 50 horas a la semana, y 9/10 piensa que se puede progresar si trabaja duro. Y según el INEI 1/10 peruanos dice que habría trabajado trabajar más horas.
b.- La ayuda mutua: Es la tendencia a colaborar con el otro: con el desposeído o afectado por “el niño costero”, por ejemplo. Puede haber disminuido en base a las exigencias de competitividad laboral que exige la modernización.
c.- La competencia dañina. Son 3 los antivalores que priman: el egoísmo, la envidia y el chisme. Así el 8/10 peruanos dice que no se cumplen las leyes (sean las razones que sean: falta de claridad o buena regulación); Solo 1/10 peruanos opina que se puede confiar en otras personas.
Los dos primeros valores (optimismo chambeador y ayuda mutua), presentes en los peruanos contribuye a la actividad de los funcionarios públicos que ejercitan su labor con FRÓNESIS (NOTA 2).
Los peruanos parecen haber internalizado –y pensar- bajo el concepto de “suma cero (NOTA 3): si al otro le va bien, en consecuencia a mí me va mal, y viceversa. Entonces, al ver al otro en mala condición, me siento mejor; es preferible buscar que al otro le vaya mal, porque eso significa que yo estoy bien.
Es una lógica de baja autoestima porque el peruano busca su propio provecho, incluso a costa de los demás, siendo infeliz ante los logros de los demás, procediendo a descalificarlo. En esta lógica -de baja autoestima, de suma cero- el éxito del otro es una amenaza para mi bienestar, por lo que hay que debilitarlo o destruirlo a toda cosa. Así, la competencia es mala: no permite el progreso, y algunos funcionarios públicos pueden responder con algunas actitudes fracasolicas (NOTA 4)
Esta situación es mantenida, reforzada por la impunidad ante el incumplimiento: Los peruanos reconocemos que no cumplimos las leyes, que nuestras obligaciones y deberes hacia los demás, hacia la comunidad y el Estado, no son prioridad. Eso hace que la transgresión reiterada sea vista como un estándar necesario, y así el logro –a costa del otro- es vista como éxito.
En este contexto surge la viveza criolla, donde lo importante es lograr el éxito personal a cualquier costo, sin asumir la responsabilidad por nuestros errores o fracasos, aunque para ello debamos echar la culpa a los demás, y proceder a atribuir el éxito ajeno, a factores diferentes al esfuerzo propio: la amistad, las argollas, etc.
Todo esta situación resta valor al mérito: la sociedad vive con un desprecio a una cultura meritocrática, y algunos funcionarios públicos pueden responder con algunas actitudes fracasolicas.
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Nota 1.- La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico – OCDE considera una carga excesiva el trabajar más de cincuenta horas semanales.
NOTA 2.- Ya en otro post escribimos que, la literatura americana sobre educación llama PHRONESIS a la virtud del pensamiento que nos remite a una sabiduría práctica y cotidiana, y por tanto contribuye al embellecimiento o perfeccionamiento de nuestra vida (y con ella, de la vida de quienes nos rodean). Pero la frónesis incluye algo más: la habilidad de evaluar situaciones particulares a la luz del contexto y elegir bien los medios y los fines, pensando en cómo se aplicarán y repercutirán en dicho contexto o caso concreto.
NOTA 3.- En Teoría de Juegos, la “Suma Cero” describe una situación en la que las pérdidas de una persona, se compensa exactamente con las ganancias de la otra; y lo mismo para las ganancias: las ganancias de una persona se compensa exactamente con las pérdidas de la otra, por lo que se anulan entre si.
NOTA 4.- Ya en otro post, escribimos que la fracasomanía es una categoría desarrollada por Albert O. Hirschman, economista americano, allá por 1975 (NOTA 1), que aún hoy, 42 años después, mantiene plena vigencia. Ello porque describe una forma de comportamiento que nos es muy cercana a los peruanos: la vemos cotidianamente en nuestros dirigentes políticos de todos los niveles: nacionales, regionales, locales, y en nuestros funcionarios públicos y autoridades del más alto nivel, y consiste en:
- a) Criticar del peor modo a muchas de las acciones, instituciones y proyectos desarrollados por políticas y gestiones previas.
- b) Prefieren ignorar, reformar, sustituir totalmente las acciones pasadas, por otras propias, creyendo que tienen la solución o el bálsamo perfecto.
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