En un artículo anterior y en otra parte mencionamos el tema de las tierras raras, esos elementos de la tabla periódica que quedan al fondo, abajo. Y que se llaman de esa manera porque efectivamente hay pocos lugares en los que podemos encontrarlos, y uno de ellos es China, el mayor productor mundial (95%).
El año pasado los chinos anunciaron una reducción de su producción y de sus exportaciones, razones suficientes para que los productores de alta tecnología, que usan estos elementos, se preocupen, suban los precios a futuro en las bolsas y se lancen los investigadores a la búsqueda de substitutos o soluciones, y los exploradores a ubicar nuevas fuentes. Canadá, Australia, Brasil, España se las echaron a buscar o desenterrar sus viejos hallazgos.
Ya para entonces estas “tierras” habían servido como mecanismo de extorsión para que Japón libere a un capitán chino que pescaba en sus aguas territoriales. Y como se sabe nadie quiere que esto vuelva a suceder, y ya no es tiempo de amenazar a China con hacerle la guerra.
Pues China –como señala Investors, en parte por presiones y en parte porque así son los chinos decidieron hace poco dejar en suspenso sus medidas y retomar el curso de la producción y exportaciones de lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, y samario. Los precios volvieron a bajar, pero las heridas quedan.