La dialéctica es un método para comprender el cambio, aunque en sus inicios se acomode demasiado en la lógica del evolucionismo inevitable que niega la incertidumbre que pregona la ciencia del caos.
Ocurre que la interacción social se dispersa en todas las direcciones y afecta a todos los actores, de modo que la manifestación de “agua si oro no”, o cualquier otra que se relacione con la conservación de las especies, o la necesidad de tener agua potable, terminarán por afectar el rumbo de la tecnología. Pero este no es el tema a tratar, sino el de la minería del futuro.
Las minas a cielo abierto parecen haber llegado al final de sus vidas, las restricciones para hacerla posible solo crecen. Haya ya muchos países que prohíben la minería a cielo abierto, y otros tantos en los que los conflictos terminan por tirar abajo la rentabilidad de los proyectos. El futuro de la minería esta en los nódulos marinos (algo de lo que ya hemos hablado) y el subsuelo. Sin embargo los costos y las técnicas de perforación son aún demasiado caros.
Otro de los temas importantes para el futuro de la minería tiene que ver con la recuperación de los minerales de los desechos acumulados por explotaciones ineficientes, o con las tecnologías para “raspar el fondo de la olla” y obtener un beneficio, cuestión en la que la industria petrolera parece haber avanzado más rápidamente que la minera. Pensemos por ejemplo en los pasivos ambientales de siglos de baja tecnología e irresponsabilidad social, o en las minas abandonadas porque las técnicas no permitían obtener todo el mineral. En el delirio es posible imaginar explotaciones de alta rentabilidad que acaben con los pasivos de la minería.
Es en esta dirección que algunas empresas avanzan en alianza con otras empresas, centros de investigación y universidades, buscando soluciones. Un ejemplo de ello es lo que viene haciendo Rio Tinto con Atlas Copco para reducir considerablemente el tiempo necesario para excavar bajo tierra. La misma empresa trabaja con TOMRA Sorting Solutions para la recuperación de minerales de los desechos. En la misma línea se trabaja para una mayor automatización del transporte de minerales, así como sistemas robotizados de exploración.
El tema es interesante ya que interpela a todos los actores sobre su responsabilidad y papel en el futuro de la sostenibilidad socioambiental d las actividades extractivas. En otras palabras, el esfuerzo por tratar de que no haya minería en cabecera de cuencas debe acompañarse con la investigación y el desarrollo de la tecnología necesaria para que esto sea posible.