Reproducimos un artículo de El País sobre las repercusiones de las protestas contra Mubarak en Egipto.
ALEJANDRO BOLAÑOS – Madrid – 31/01/2011
Egipto es un país que extrae ya muy poco petróleo, con una cuota que no llega al 1% de la producción mundial, pero los inversores siguen la revolución contra la presidencia de Hosni Mubarak segundo a segundo. Si es un territorio clave en el delicadísimo equilibrio geopolítico de Oriente Próximo, no es menor su importancia en el mapa del oro negro. Varios de los países vecinos comparten la doble condición de régimen dictatorial y exportador de petróleo y lo que cotiza es el riesgo de que el ejemplo de las movilizaciones populares prenda en la zona. En los mercados, se identifica inestabilidad con posibles problemas de suministro, hasta el punto de llevar al barril de brent, referencia para la mayoría de los contratos de futuro, sobre los 100 dólares esta tarde por primera vez desde septiembre de 2008.
La escalada del precio del petróleo en la segunda mitad del año había arrimado la cotización del brent a los 96 dólares en el arranque de 2011, aún lejos del máximo de 146 dólares que marcó en el verano de 2008. Algunos crudos de alta calidad, como el Tapis (referente en los contratos de Asia), Thevenard (Australia) y Bonny Light (África), superaron en enero la barrera de los 100 dólares, pero los expertos dudaban de que el brent, una vez pasado el repunte de consumo en el invierno de los países occidentales, traspasara ese nivel, que daban por seguro para el siguiente pico de abastecimiento, antes del verano. Salvo, claro, que ocurriera algún episodio extraordinario. Una definición que las revoluciones en el norte de África cumplen al pie de la letra.
Desde el inicio del levantamiento contra el régimen de Mubarak, la pasada semana, el brent ha pasado de los 95 dólares a los 100,1 que ha alcanzado esta tarde. Tras rozar este nivel de madrugada, la cotización se ha relajado un poco, hasta situarse en el entorno de los 99 dólares, con la apertura de los mercados en Europa. La apuesta del Gobierno de EE UU por una transición ordenada y el compromiso personal del líder estadounidense, Barack Obama, para impulsar una solución pacífica han hecho de precario tope en la escalada, que de hecho apenas ha durado unas horas.
La Bolsa egipcia permanecía ayer cerrada, por segunda jornada consecutiva, pese al requerimiento de Mubarak para restablecer la confianza de los inversores en la economía. El índice de El Cairo había perdido un 16% antes de que las autorizades bursátiles decidieran suspender la cotización. Y, en otra nítida señal de preocupación, la agencia de calificación Moody’s, ha rebajado el rating de los bonos emitidos por el Gobierno egipcio hasta Ba2, dos peldaños por debajo del nivel de bono basura.
Egipto ya tuvo un protagonismo singular en el mercado del petróleo hace cuatro décadas. En octubre de 1973, los exportadores árabes de petróleo acordaron un embargo contra los países occidentales que habían apoyado a Israel en su conflicto contra Egipto y Siria. Aquel recorte de producción fue la primera muestra de poder de la OPEP y llevó a un repunte histórico del crudo: el barril pasó de 3 a 12 dólares en un puñado de meses.