“Cuando se llega al Gobierno, lo urgente hace olvidar lo importante”

Publicado en Punto.edu

La lucha anticorrupción como política de Estado es el nuevo libro editado por el Dr. Henry Pease y el Mg. GiofFIani Peirano, docentes de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas. La publicación parte del V Seminario de Reforma del Estado, del 2010.

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¿Qué nos enseña el libro?
Este libro parte de un seminario que organizamos desde el 2006, y es un evento que reúne a cientos de personas. Para el seminario que arranca hoy y termina el viernes (ver página 10), ya hay 1,500 inscritos.
Este libro es sobre el seminario del 2010. Ese año hicimos dos eventos. El primero abordó el tema de la democracia y sus instituciones en debate. El segundo trató la anticorrupción como política de Estado. El libro considera las participaciones que tuvieron en el seminario el presidente del Poder Judicial, el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el decano de Derecho.

También invitamos a una jurista suiza que hizo una presentación sobre la Corte Penal Internacional. Giofianni Peirano y yo presentamos una exposición sobre la corrupción vista desde la escena política en el momento en que estábamos. Tomamos primero casos individuales de parlamentarios: “la robaluz”, “la robacable”, “el comepollo”; de ahí pasamos a cuestiones institucionales, como el caso Business Track y el caso Cofopri. Comenzamos a mostrar que había corrupción en las reglas de juego. El libro aborda la corrupción desde estos ángulos.

El libro analiza la paradójica relación entre crecimiento económico y corrupción. ¿Cuál es el
correlato que existe entre ambos?

El que haya desarrollo económico no lleva a mayor corrupción. Pero si retrocedemos en el tiempo, podemos decir que en la época del guano sí existió este correlato. Fue una época de crecimiento que Jorge Basadre
llama la “prosperidad falaz”. Entró mucha plata, pero la pregunta es dónde entró y en qué se concentró. Se les ocurrió inventar la consolidación de la deuda interna y decir “hay que pagarle a todos los que en la Independencia perdieron vacas,caballos, etc.”.

¿Se puede concluir que los errores cometidos se repiten sin cesar en nuestra historia?
En la corrupción hay que establecer grados. La más grande corrupción que se ha visto en el Perú es la de los “vladivideos” de Montesinos. Pero, ahí no salió quiénes se han enriquecido con la renegociación de la deuda. Eso no se ha investigado y ha sido denunciado por el Congreso. La plata grande se da ahí. La gente dice “el más corrupto es el Poder Judicial”. No voy a negar que hay corrupción, pero el más corrupto solo puede ser el que más dinero maneja. A veces, desde una empresa pública o un estudio que apoya una renegociación, se tiene información privilegiada y se hacen operaciones. Hay diferencia de grado. Hay que distinguir entre corrupción pública y corrupción privada.

Los seminarios de Reforma del Estado reúnen a especialistas de las Ciencias Sociales y del Derecho, pero también existen otro tipo de ámbitos, más ligados al cine y la literatura, que cuestionan este tipo de temas
políticos. ¿Han pensado ampliar el espectro de especialistas al campo de las Humanidades o las Artes?

El seminario abre sus puertas a todo el que quiera venir, y no cuesta. En la mesa están básicamente
los que tienen una ponencia o comentarios. Este año abordaremos el tema de inclusión social. Se habla de este concepto pero se dice cualquier cosa. Primero vamos a discutir conceptualmente y luego veremos las dimensiones que entraña.

¿Usted cree que el actual gobierno ha puesto énfasis en la lucha contra la corrupción?
Cuando se llega al Gobierno, lo urgente hace olvidar lo importante. Porque en el Gobierno cada día hay una crisis diferente. Esto demuestra que se trata de un Estado que no funciona Sigue leyendo

¿Son los alcaldes los responsables de la seguridad ciudadana?

Publicado en El Comercio

Todo Estado, en la historia, tiene como punto de partida la seguridad de sus habitantes. Por varias razones esta función se cumple mal, ni alcanza a todos ni participamos responsablemente en crear las condiciones para que las cosas vayan mejor.

Comenzando por la seguridad ciudadana: hay confusión de roles, falta de recursos y problemas que afectan a la población y se reflejan como reclamo prioritario en todas las encuestas. El presidente Ollanta Humala acaba de declarar que la seguridad ciudadana es responsabilidad de los alcaldes y esa declaración o es un error o es una nueva ?soplada de pluma? a los alcaldes, que no concuerda con la ley y la realidad operativa.

¿Quién es el responsable de la Policía Nacional? El presidente, que actúa con su ministro del Interior y ambos nombran al director general de la policía, quien manda sobre toda la policía, la que persigue a terroristas y criminales y la que captura a rateritos de cualquier ciudad.

Una anécdota ilustrará. La víspera de Navidad me visitaron una de las hijas de mi hermano y su esposo. Al salir del edificio donde vivo vieron que un ladronzuelo le robaba la computadora a una jovencita del edificio vecino. Mi sobrino se le abalanzó e inmovilizó al ratero mientras mi sobrina llamaba al serenazgo, que llegó en cinco minutos. Sin embargo, los serenos le pidieron que siguiera reteniéndolo porque debían esperar a que llegara la policía, ya que ellos no tenían autoridad para detenerlo y llevarlo a la comisaría. Algunos me han dicho que lo hubieran podido retener, lo que hizo mi sobrino bajo su responsabilidad y terminó con una pierna magullada por el forcejeo. No especulo sobre quién falló. Demuestro que la autoridad que proviene del alcalde no puede ni detener a un raterito, esos que más angustian a los ciudadanos de a pie.

No dudo de que los alcaldes son los únicos que pueden organizar al vecino para que con su participación coopere, observe, avise, se organice para la seguridad. Pero eso no significa que sean responsables de la seguridad ciudadana, aunque son la autoridad (elegida) de su localidad y la representan sobre cualquier funcionario público. Pero eso no significa que estos les hagan caso: hay muchos ejemplos en todos los alcaldes, hasta el relatado por Alberto Andrade en el Congreso tras la tragedia de Mesa Redonda.

Lima tiene la mayor tasa delictiva del país. Su población percibe la seguridad ciudadana como el primero de los tres problemas principales de la ciudad, por encima de la contaminación ambiental y el transporte público. El distrito que más invirtió en seguridad ciudadana (2006) fue San Isidro con el 18,6% de su presupuesto total. Le siguen Miraflores, La Molina, Surco y el Cercado, a cargo de la Municipalidad de Lima. En el 2011 había 106 comisarías con 9.778 policías nacionales, es decir, un policía por cada 854 habitantes, cuando la norma internacional es un policía por cada 250 habitantes. Con ese parámetro, el déficit policial en la capital sería de 23 mil policías.

Sin embargo, parte de la inversión municipal es pagar policías, de franco cada 24 horas, para que pueda tener alguna autoridad el serenazgo, que ni porta arma ni puede detener y llevar a la comisaría a un raterito. Ciertamente, los distritos más pobres son los que tienen menor número de policías, también por esta razón.

¿No sería mejor distinguir y especializar funciones, a la vez que se fortalece a la Policía Nacional en la lucha contra el crimen? ¿Tiene que ser la Policía Nacional la que dirija el tránsito? Me lo preguntaba a lo largo de la avenida Javier Prado, donde si dejaran solos a los semáforos habría menos atoros y colas. Sigue leyendo

“Al Presidente no se le elige para dar lecciones de humanidad, sino para cumplir y hacer cumplir la ley’

Publicado en el suplemento DOMINGO de La República

Ex presidente del Congreso y parlamentario peruposibilista analiza el pedido de indulto humanitario para Alberto Fujimori, evalúa la actual gestión gubernamental y desentraña la ruptura de la izquierda a fines de los ochenta.
Ghiovani Hinojosa/

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El profesor Henry Pease ya se ha caído tres veces sobre el pavimento mientras caminaba hacia el estacionamiento de autos en la Universidad Católica. Ahora usa un bastón por si las moscas. Los dos años de quimioterapia que ha tenido le han “quemado” el páncreas. Y la diabetes que también resultó de este tratamiento ha puesto en peligro sus riñones. Sin embargo, Henry Pease García tiene la mirada cristalina, apacible. Es un hombre que no reniega de su destino.

-¿Acepta la posibilidad de indultar al ex presidente Alberto Fujimori?
Solo si se establece científicamente que su cáncer implica una enfermedad terminal. El indulto humanitario únicamente procede si el reo sufre una enfermedad terminal o si las condiciones de encarcelamiento afectan gravemente su salud. Esto último está descartado en su caso porque él está en una prisión dorada. No ha habido en la historia del Perú un preso con mejores condiciones de alojamiento. No hay diferencia entre vivir donde vive y vivir en un departamento.

-¿Qué entiende por enfermedad terminal?
Que el señor esté tan mal de salud que, en lugar de morir en la cárcel, vaya a morir en su casa. No sería posible que si se le da el indulto por este motivo, Fujimori salga de la cárcel a hacer una vida normal. No tendría sentido que llegue a su casa, haga una conferencia de prensa y se convierta en un actor político central.

-¿Los hijos de Alberto Fujimori han hecho muchos aspavientos con la salud de su padre?
Todo hijo tiene derecho a estar angustiado por la salud de su padre y, por tanto, a pedir un indulto. Pero como se ha presentado públicamente la enfermedad de Fujimori la gente puede pensar que el cáncer es siempre una enfermedad terminal. No es así. A veces el cáncer se puede controlar. Se lo dice alguien que ha padecido la enfermedad desde hace treinta años.

-Pero la familia Fujimori no está defendiendo la tesis de una enfermedad terminal sino la de una enfermedad no terminal que es “avanzada, incurable, degenerativa y progresiva”, de acuerdo a la ley, y que por tanto podría ameritar un indulto humanitario.
Toda persona que pasa de los sesenta años tiene males degenerativos. Eso es totalmente normal. Se podría decir, en ese caso, que la diabetes es una razón para sacar a Fujimori de prisión. Esto no es lo que dice sobre el indulto humanitario la jurisprudencia internacional. Gravedad no es cualquier cosa. Gravedad es peligro de muerte. Dejen que los médicos definan la enfermedad de Alberto Fujimori.

-¿Cómo debería actuar la comisión de Gracias Presidenciales?
Tiene que recurrir a fuentes médicas que no generen la menor duda. Porque yo también puedo nombrar a médicos que me digan lo que quiero. Se debe pensar en oncólogos extranjeros que no mezclen pasión con hechos objetivos. El Perú está muy dividido en torno a lo que fue ese gobierno, esos hechos. Estamos todavía en la misma generación. Hay que esperar que los años salden las cuentas.

-¿Cuál sería el escenario político nacional si se indultara a Fujimori?

El argumento que dice que indultando a Fujimori se va a reconciliar el país no es cierto. Que digan que sus seguidores van a estar contentos, puede ser. ¿Acaso las víctimas del grupo Colina van a reconciliarse con sus perpetradores? ¿Cómo es que dicen eso los mismos que han visto con desprecio que se trate de compensar a la gente pobre que fue asesinada durante el conflicto armado interno? Las heridas no se cierran con medidas forzadas. Al revés, esto va a radicalizar odios, va a radicalizar confrontación. Seamos claros: ¿por qué ganó Humala? Muchos votamos por él en la segunda vuelta para que no salga Keiko. ¿Cómo se van a sentir las personas que lo hicieron? ¿Qué les va a decir Ollanta Humala? Al presidente no se le elige para dar lecciones de humanidad, sino para cumplir y hacer cumplir la ley.

-La sentencia del Tribunal Constitucional que anuló el indulto a Crousillat, en enero del 2011, señala en sus fundamentos que en las gracias presidenciales “resulta exigible un estándar mínimo de motivación”. ¿Esto obliga al Presidente a justificar públicamente su decisión?
Eso es algo elemental por una razón muy simple. El presidente no es un monarca y el indulto es una norma que viene de las monarquías. La historia de la democracia en el mundo occidental es la historia de la reducción del poder arbitrario. El presidente democrático gobierna según la ley. Lo que hay en otros países con el nombre de indulto es la conmutación de pena a un condenado a muerte para que viva en la cárcel, pero no para que lo perdonen. En el Perú el Presidente no es juez. El que juzga es el Poder Judicial. Este, en el caso de Fujimori, ha hecho un juicio impecable que lo ha sentenciado a 25 años. Si el presidente Humala va a cambiar eso, tiene que justificarlo de acuerdo a la ley.

-¿Por qué cree que Ollanta Humala declaró por su propia cuenta y riesgo que no comprendía a los familiares de Alberto Fujimori cuando estos hablaban de indulto sin haberlo solicitado formalmente?

Quizá les reclamó un trámite formal porque efectivamente había mucho peso mediático, pero no se había comenzado el trámite.

-Terminó dándoles a los hijos de Fujimori la justificación para presentar el pedido de indulto.
No tengo por qué especular. El Estado debe contestar a cualquiera que le hace un pedido: ‘hágalo, pues, para saber en qué términos le contesto’.

-¿Un eventual mea culpa público y convincente de Alberto Fujimori debería ser considerado por la nación?
Un indulto es un perdón, no es una amnistía. No desaparece el delito. El perdón normalmente se pide y debe significar arrepentimiento de haberlo hecho. Pero eso es demasiado pedir en el caso de Fujimori. Toda la lógica de la familia ha sido no reconocer la sentencia. Así persisten en los errores que lo llevaron al delito. Eso es un problema.

-Un eventual indulto a Fujimori sería simbólico para la justicia peruana.
Tenemos un montón de jóvenes tanto en movimientos tipo Movadef como en criminalidad puntual y en bandas que se ríen del Estado de derecho. A ellos debemos educar diciéndoles con el ejemplo que todos somos iguales ante la ley, y que el que la hace la paga.

-El 66 por ciento de peruanos aprobaba el indulto a Fujimori por razones de salud en diciembre pasado, según una encuesta de Ipsos Apoyo. ¿Qué le parece?
Es lo mismo que le estoy diciendo. Pero no le llame usted indulto humanitario a una farsa que es un indulto común porque no hay condiciones para un indulto humanitario.

Los calcetines de Henry Pease son raros. Tienen un grosor inusitado y ascienden por debajo del pantalón hasta más arriba de las piernas. Son una especie de licra de una pieza que retiene los fluidos que circulan todo el tiempo por su cuerpo. El sistema linfático del sociólogo está alterado desde que le extirparon un cáncer a los ganglios hace más de veinte años. Si él no usara estos calcetines especiales, las extremidades se le hincharían a niveles preocupantes. Ya ha pasado. Una vez, se quedó sentado en su sillón treinta minutos sin protección y sus pies se inflaron al punto de no caber en sus zapatos. Por eso tiene que mandar traer estas medias desde Alemania. Pero a cierta hora del día, normalmente las seis de la tarde, la presión sobre su piel es demasiada y las piernas empiezan a trastabillarle. El médico le ha recomendado que nade una hora diaria, actividad que realiza todas las mañanas. “En realidad, él es uno de mis remedios”, dice tomando de las manos a su nieto Valentín, de cuatro años, que aparece en medio de la entrevista. Pease se pone cauto a la hora de juzgar al presidente de la República y de recordar su paso por la izquierda.

-¿Siente usted que Humala ha sufrido un viraje ideológico desde que entró al poder?
Yo apoyé a Humala en la segunda vuelta. Había más cercanía con él que con Keiko Fujimori. Lo hice asistiendo al evento que organizó en el que firmó y proclamó la Hoja de Ruta. Este documento, que se convirtió en el norte de su plan de gobierno, puede significar un primer elemento de cambio.

-Me refiero a su divorcio de los líderes de la izquierda que llevó a su fin al gabinete Lerner.
Yo siempre me pregunto por qué en el Perú siempre elegimos presidentes por la izquierda que gobiernan por la derecha. Eso tiene varias versiones en varios momentos. El segundo elemento de cambio en el gobierno de Humala se debe al peso que tienen aquí los poderes fácticos. Todo gobernante, cuando gana unas elecciones, toma en cuenta lo que lo puede dejar fuera de juego. ¿Qué pasa si se retiran masivamente las inversiones, si desaparece la “confianza” de la que tanto hablan los economistas? Inmediatamente el Presidente tendría problemas.

-¿Humala es un presidente de izquierda, de centro o de derecha?
Yo nunca lo he visto como un presidente de izquierda ni él tampoco se ha definido así. Él se ha definido como nacionalista, algo que es demasiado ambiguo en términos políticos.

-¿Qué es lo más criticable de su desenvolvimiento en el poder?
Puedo decir que a Humala le ha salido mucho el militar. El artículo más fuerte que he escrito contra él fue cuando dio un discurso en Ayacucho contrariando una de las reformas más importantes de la democracia electoral: la inclusión del voto militar. Todo demócrata sabe que no existe régimen democrático consolidado si los militares son alternativa a los partidos o a los gobernantes civiles.

-¿Qué distingue a la izquierda peruana de hoy de la de ayer?
Cuando me hablan de la izquierda peruana en referencia a los mismos parámetros de Izquierda Unida, digo ‘no, señor, eso ya murió’. Esta es otra izquierda. Ahora, las posturas ideológicas no son sino
posicionamientos del momento. ¿Cómo nacieron la izquierda y la derecha en la historia? En función de cómo estaban ubicados los asambleístas de la Asamblea Nacional de Francia en la época de la revolución.

-Fuerza Ciudadana, el nuevo frente de izquierda, que agrupa desde Fuerza Social hasta el Partido Comunista, muestra los mismos rostros que hace 30 años.
Esa es una izquierda de hoy, aunque tenga gente que venga de otros tiempos. No hay ninguna razón para que pidamos a todo el que haya actuado en política en el pasado que se meta en un museo. Le aseguro que si usted habla con cada uno de ellos, se dará cuenta de que no son igualitos. Todos vamos cambiando. A esta izquierda se le evaluará por lo que haga y diga hoy.

-¿Hay un cambio generacional en la izquierda peruana?
El cambio generacional ya ocurrió. La Izquierda Unida murió el noventa. Desde entonces, ha habido una serie de actores, cada uno haciendo lo que puede, que son otra cosa. El momento es otra cosa. Los realineamientos se van a dar cuando vuelva a haber elecciones.

-¿Qué clase de progresismo necesita el Perú?
Una democrática, que respete claramente el Estado de derecho y que sea creativa. La democracia no es la política de la pata en alto, la de ‘yo puedo hacer lo que me da la gana porque me han elegido’. No, señor. Las políticas tienen que ser concertadas y discutidas.

-¿Es Gregorio Santos el líder que la izquierda necesita?
No. Es una persona que puede haber sido líder de un momento conflictivo de Cajamarca, pero que no tiene la fuerza ni la capacidad de ser inclusivo. Lo que se le critique al gobierno de Humala en términos de autoritarismo también se le puede criticar a él en relación con el tema de Conga. Nadie puede decir ‘yo impido esto en cualquier circunstancia’, como él lo hizo.

-¿Por qué se apartó de Barrantes a fines de los ochenta? Usted lideró un sector progresista que compitió con él en las elecciones de 1990.
Yo nunca he liderado un sector de la izquierda. Yo estuve en IU desde que Barrantes me invitó a ser su teniente alcalde en 1983. Poco después me pidieron todos que dirigiera la campaña municipal. Yo no pertenecía a ninguno de los partidos. Hice mi trabajo y terminamos la alcaldía.

-¿Cómo empezó la ruptura con Barrantes?
Un día, estando en el municipio, él me dijo: ‘un amigo me ha dicho que yo soy el dueño de los votos de IU, ¿tú qué piensas?’. Le dije: ‘Están muy equivocados tú y tu amigo, que supongo quién es. Tú eres el hombre de la unidad de la izquierda. Si IU se rompe, cualquier tonto (le dije otra palabra) sacará más votos que tú’. Luego organizamos el congreso de Izquierda Unida. Yo fui donde Barrantes, cuando ya la ruptura estaba bien cantada, y le dije que era la única persona que podía negociar una organización más democrática. Él recibió el carné, firmó el padrón, pero no nunca fue al congreso.

-¿Por qué cree que Barrantes no le hizo caso?
Él creyó que era el dueño de los votos.

-Usted era el candidato a la alcaldía de Lima de la izquierda, pero terminó siendo el postulante presidencial de IU.
Tenía que hacerse algo para que no se quedara sin representación tanta gente que habíamos organizado. En las elecciones presidenciales saqué muchos más votos que Barrantes.

-¿Cuando usted era joven simpatizaba con el marxismo leninismo?
Yo nunca he sido marxista ni leninista. He sido socialcristiano. El marxismo tiene muchos elementos que ayudan al diagnóstico, pero no tiene los elementos de mi norte. Mi norte es otro.

-Los barrantistas aseguran que se apartaron de Izquierda Unida porque había algunos líderes que eran complacientes con la lucha armada.

En las clases que dictaba por aquellos años en la universidad, algunos alumnos salían defendiendo a cada rato la lucha armada. Yo les decía: ‘Cuidado, el camino condiciona la resultante’. Nadie construye una democracia a través de métodos militares. Yo no puedo entender el socialismo sin democracia. Perdonen, pero la dictadura del proletariado ha sido en todos los casos dictadura sobre el proletariado. Si no, ¿qué vivieron en la Unión Soviética, especialmente los campesinos de la época de Stalin? Sigue leyendo

‘Humala no ha sido elegido para dar lecciones de humanidad’, opinó Henry Pease

El Comercio

Ex presidente del Congreso consideró que anunciada solicitud de indulto a ex mandatario no cumple requisitos de enfermedad terminal o de gravedad
Pease consideró “una bobada” la Ley del Negacionismo. “No me preocupa el Movadef sino la legión de muchachos sin rumbo porque los partidos no han vuelvo a llegar a bases de provincia”

Henry Pease, ex presidente del Congreso, consideró hoy que el presidente Ollanta Humala no puede actuar como un monarca y en base a su criterio personal frente al pedido de indulto para el ex presidente Alberto Fujimori.

“(…) no puede actuar [según] su criterio. Todos somos responsables de lo que hacemos ante nuestra conciencia, pero el presidente de la República es responsable ante la Constitución y ante la ciudadanía que lo eligió”, afirmó.

Mencionó que se elige a un presiente para que cumpla con la voluntad popular y “no para que dé lecciones de humanidad”. En ese sentido, subrayó que el indulto debe ser estudiado por una junta médica autónoma.

“ESTÁ EN CÁRCEL DORADA”
Pease García consideró lógico que la familia y sus partidarios soliciten el indulto, pero lamentó que los peruanos no tomen conciencia de lo que significó ese gobierno. También consideró que Fujimori se encuentra en una especie de cárcel dorada y que su salud no es tan grave.

Indicó que el indulto humanitario solo procede en caso de enfermedad terminal o en condiciones que la agravan y “ninguna de las cosas se da”. Recordó que si algo hizo elegir a Ollanta fue el rechazo a la autocracia fujimorista.

En entrevista a Radio San Borja también consideró que no es un argumento válido decir que un indulto a Fujimori reconciliará al país. Sigue leyendo

Henry Pease sobre el indulto: ‘Humala no fue elegido para dar lecciones de humanidad’

La República

El catedrático y político Henry Pease consideró que el mandatario Ollanta Humala no fue electo para dar lecciones de humanidad, sino para tomar las decisiones correctas, por lo que deberá cumplir lo que exige dar un indulto (si así lo decide) a Alberto Fujimori.

“El presidente de la República no puede actuar como un monarca y acá lo que le están pidiendo es que actúe según su criterio. Quien dice eso es otro autócrata, no puede actuar [según] su criterio. Todos somos responsables de lo que hacemos ante nuestra conciencia, pero el presidente de la República es responsable ante la Constitución y ante la ciudadanía que lo eligió”, señaló.

Como se recuerda, la familia de Alberto Fujimori solicitará en esta semana la gracia presidencial en favor de quien fuera presidente más de diez años.

Para Pease, Humala debe basar su decisión en el informe de una junta médica de calidad comprobada, para que no exista ninguna duda de las motivaciones que intervengan en la misma.

“Se elige a un Presidente no para que dé lecciones de humanidad sino para que cumpla con la voluntad popular […] Lo cierto es que eso sí tiene y debe estudiarlo una junta médica autónoma, independiente, pero el presidente de la República no puede actuar como un monarca”, concluyó.

Además, Pease García señaló que bajo ningún motivo un indulto a Fujimori ayuda la reconciliación del país.

“No me parece un argumento válido sino con truco porque el presidente de la República tiene que cumplir con la ley […] Una ley que firmó el propio Fujimori cuando dice que por el delito de secuestro agravado no se puede indultar, . Incluso en jurisprudencia internacional no puede darse, sino en casos de necesidad humanitaria que corresponde no sólo a gravedad, sino al carácter terminar o la posibilidad que en la prisión se deteriore”, concluyó a IDL Radio.
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A mí no me preocupen los dirigentes del Movadef

Ideleradio.pe

Es una bobada y no servirá para nada, afirmó el expresidente del Congreso de la República Henry Pease García, al comentar las declaraciones del presidente Ollanta Humala quien señaló la necesidad de revisar la legislación para “cerrar el paso” a cualquier amnistía que beneficie a los terroristas, a quienes realicen apología del terror y a quienes exalten a los responsables de la violencia subversiva que padeció Perú.

“[¿Una nueva legislación sería sustantiva?] No, creo que el proyecto de ley del Negacionismo es una bobada, no sirve para nada y no va a servir para nada. Creo que las acciones políticas hay que pensarlas como acciones políticas”, declaró en el programa No hay Derecho de Ideeleradio.

“No creo que se trate de un tema represivo, pero sí creo que es un tema que hay que estudiarlo y sí creo que es un tema que nos atañen a todos los ciudadanos y que tenemos que movilizarnos los ciudadanos y la prensa para que los jóvenes no se confundan. A mí no me preocupan los dirigentes de Movadef, a mí me preocupan la legión de muchachos que están sin rumbo porque los partidos políticos no han vuelvo a llegar a bases, sobre todo a las bases de provincias”, subrayó. Sigue leyendo

Me escandaliza cuando Humala responsabiliza a alcaldes de seguridad ciudadana

Ideeleradio

Henry Pease cuestionó las declaraciones del jefe de Estado Ollanta Humala en el sentido de que son los alcaldes los responsables de la seguridad ciudadana. Dijo que los burgomaestres tienen muchas limitaciones para actuar y no cuentan con los recursos necesarios para combatir este flagelo.

“Cuando el presidente Humala ha declarado de que los alcaldes son los responsables de la seguridad ciudadana, me he sentido escandalizado. Un alcalde no tiene autoridad ni siquiera para detener a un delincuente que ha sido pescado infraganti. La policía es el factor fundamental de la seguridad ciudadana […] Aquí es un sistema equívoco, que no es responsabilidad municipal y donde el gobierno está jugando a soplarle la pluma para que la gente crea que es el alcalde [el responsable], pero tienen muchas limitaciones para actuar porque ni la ley; ni los recursos están en sus manos”, afirmó.

“Yo no tengo dudas de que los alcaldes tienen que organizar al vecino para que participe en la vigilancia, para que den aviso a la policía y para ir creando condiciones urbanas que hagan más difícil la acción de los delincuentes, pero el alcalde no es el responsable de la seguridad ciudadana. Aquí le están soplando la pluma a los municipios”, reiteró. Sigue leyendo

La libertad de discrepar

Publicado en El Comercio


Cuando concluyó su trabajo de investigación, la Comisión de la Verdad entregó el primer ejemplar de su voluminoso informe al Presidente Toledo. Horas después recibí en la Presidencia del Congreso el segundo ejemplar. Me sorprendió cuando los comisionados fueron abucheados en la entrada del Congreso por personas que trajeron dos congresistas sin haber leído, ninguno de ellos, una línea del informe. Este comportamiento dura hasta nuestros días y algunos creen que los insultos y calificativos pueden sustituir el estudio, el análisis riguroso y la propuesta alternativa razonada en una investigación.

Las últimas semanas un error informativo del gobierno hizo creer a algunos que tenían a la mano un error destacable para sus objetivos de desprestigiar a la CVR pero el nombre fue luego desmentido. Así hubiera sido cierto sería un error puntual que no desnaturaliza el informe, pero provocó titulares y hasta una moción de congresistas que en este tema tienen “rabo de paja”, pues se negaron a ver los crímenes del grupo Colina La moción pretendía formar una comisión investigadora sobre la CVR. Es como si en otro momento el Congreso nombrara una comisión investigadora para evaluar un libro de historia o cualquier trabajo académico. No quieren entender que el camino está abierto y todos somos libres de investigar lo ocurrido en nuestra sociedad y discrepar con cualquier versión de la historia. Obviamente hay métodos y se requiere rigor que el mundo académico conoce de sobra y que deja en el olvido lo que no se hace con seriedad.

Pero el proyecto de ley de negacionismo presentado por el gobierno al Parlamento puede ser usado para penalizar a quien discrepe de la versión oficial de la historia del terror en el Perú, pues cualquiera puede ser la versión que apliquen los gobiernos. El informe de la CVR no es vinculante y si hay algo constatable en sus más feroces críticos, durante tantos años, es que en ellos prima la subjetividad y se hacen escuchar con fuerza los que sólo quieren ver un lado de la moneda, el de los crímenes de Sendero Luminoso y el MRTA. ¿y los crímenes del grupo Colina? ¿Y lo sucedido en Acomarca o Putis?

Quien me ha convencido de que el proyecto de ley de negacionismo es endeble, es el propio Presidente del Consejo de Ministros al responder con tres requisitos que pone ese proyecto, en una entrevista de una hábil periodista local. Con o sin esos requisitos, por varios lados, el proyecto deley puede afectar la libertad de discrepar si lo maneja un hábil abogado y un juez formalista.

Este no es un camino para derrotar a los defensores del terrorismo, es la manera de relativizar principios esenciales en una democracia y así muchos jóvenes les darán la razón a los que la relativizan o no creen en ella. El camino, que tampoco es fácil, puede ir por la legislación sobre apología del terrorismo pero no avanzará si no construimos ciudadanía y por tanto partidos y asociaciones capaces de defender nuestra verdad y combatir ideas con ideas, en vez de poner bozal a las que nos enfrentan penalizando interpretaciones de lo ocurrido o de lo que ocurre. He combatido a Sendero enfrentándolo cara a cara no sólo en las aulas, también en las calles, eso requiere ejercicio de ciudadanía y organización política ¿creen que lo reemplazará una ley ambigua?

En el último Latinobarómetro escandaliza el desencanto y la desconfianza de los peruanos en las instituciones democráticas. Esta manera de hacer política, que agiganta odios y calificativos entre quienes están de este lado de la mesa y no del lado del terror, es uno de los factores que tienen que superarse para no poner en peligro la libertad de discrepar sin la cual no existe ni libertad de prensa ni democracia.
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