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Neill: Crítica a la uniformidad en la educación
Neill y la Escuela Summerhill
Neill parte de una premisa básica que resumiré de una forma muy sencilla. La metodología, según Neill, no es tan importante en la educación como el ambiente en el que se desarrolla el proceso educativo. ¿Por qué? Pues porque bien o mal, las personas hemos llegado a aprender diversas áreas del conocimiento a pesar de las diversas metodologías educativas. Sin embargo, la educación de nuestras emociones, principios y valores, aspectos que nos definen a lo largo de nuestras vidas, está fuertemente influenciado por el ambiente y el ambiente convencional ignora estos aspectos abstractos y termina formando seres humanos resignados, insatisfechos con sus vidas, conformistas. En resumen: el desarrollo psicológico y emocional merece prioridad sobre el ámbito intelectual.
Bajo este “precepto”, Neill desarrollo principios en Summerhill que potenciaban la realización personal y el proceso de adquisición de la libertad. Por ejemplo, un alumno del internado no estaba obligado a asistir a las clases; pues un alumno no va a aprender por obligación. En todo caso, su aprendizaje sería efímero. En cambio, cuando una persona obtiene motivaciones propias para aprender, ya sea por interés en el tema o como medio para el logro de un fin personal, podrá lograr prácticamente todo lo que desee.
Según narra Neill en sus diversos libros sobre la experiencia Summerhill, aunque muchos estudiantes llegaron a pasar años sin pisar un aula, finalmente todos llegaron a asistir a clases y la mayoría obtuvo las certificaciones que el gobierno inglés exigía. ¿Por qué llegaron a asistir a clases? Pues a cada uno le llegó el momento de interesarse por los estudios u obtener una motivación que indirectamente les llevó a buscar las clases.
Otro aspecto muy resaltante en Summerhill es que la libertad no se obtiene por discursos o ensayos en clase. La libertad se obtiene mediante la discusión, la organización y el respeto a los otros. Por ello, la escuela tenía un organismo de gobierno constituido por los estudiantes y los maestros. Todos tenían la misma capacidad de expresarse y participar; por lo tanto, las decisiones tomadas valían para todos: profesores y alumnos. Neill cuenta que incluso él debía someterse a las decisiones aunque no estuviera totalmente de acuerdo con ellas. La convivencia ideal, según la entendía Neill, es una horizontalidad en las relaciones entre niños y adultos en la que ninguno posea todos los derechos y anule los del otro.
Claro está que este sistema de organización tuvo momentos difíciles. Los alumnos que estaban más tiempo en la escuela solían velar por el bien común. Sin embargo, en ciertos momentos primaron estudiantes que buscaron el logro de sus intereses.
En este punto es necesario aclarar el concepto de libertad de Neill que he estado insinuando. La libertad no es igual al libertinaje. El libertinaje se basa en una visión egocéntrica, por ende, niega al otro y sus derechos. En cambio, la libertad es el ejercicio responsable de la capacidad de decidir y actuar; es decir que la persona puede hacer lo que desee en la medida que respete al otro. Así, tenemos que la libertad va de la mano de la responsabilidad y ambos conviven en el interior del ser humano. Una persona verdaderamente libre se autocontrola y no requiere una imposición externa que la limite.
Esto se aplica a diversos temas como la moral y la sexualidad, lo cual en su época fueron los temas más críticados. Neill pensaba que la “moral” no podía ser una cuestión impuesta, sino que surgía espontáneamente durante el desarrollo del aprendizaje de la libertad. También afirmaba que la represión y la moralización de la sexualidad iban en contra del reconocimiento de la vida misma. Este fue uno de los temas más discutidos considerando, especialmente, que su escuela es un internado.
Neill apuntaba al conocimiento del alumno para ayudarlo en su desarrollo emocional y la adquisición de una libertad responsable, reconociendo así la importancia del componente social y personal del individuo.
Summerhill funciona hasta el día de hoy y los diferentes libros escritos por Neill sobre la base de esta experiencia, sirven de inspiración, especialmente en la actualidad debido a la búsqueda de pedagogías alternas al sistema competitivo e individualista.
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