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En 1799 se descubrió en Egipto la llamada Piedra o Rosetta o Rosetta de Champollion. Ella contenía un decreto expedido por Menfis en el año 196 antes de Cristo. En 1822 se pudo descifrar su contenido: los jeroglíficos egipcios. Hoy, gracias a internet y servicios como Google, cualquier estudiante puede leer sobre ella en Wikipedia u otros lugares y visualizar el original en imágenes y videos.
Por otra parte, los Manuscritos del mar Muerto son considerados como los manuscritos más antiguos sobre la biblia y datan, al menos, de un par de siglos antes de Cristo. Hoy, pueden ser vistos y “revisados” por cualquier estudioso o interesado a través de internet, con una calidad de imagen del orden de los 1,200 megapixeles.
Las ventajas y aplicaciones educativas de estos servicios y facilidades que brinda internet son inmensas. En el acontecer cotidiano pueden pasar desapercibidas, pero un docente con un poco de iniciativa, motivación y capacidad de investigación podrá hacer maravillas.