Ejecutivos creen que carreteras y generación de energía deben ser las prioridades
Las deficiencias en infraestructura no son solo una preocupación de los países en desarrollo, sino también en los desarrollados. Más aun en momentos en que la crisis internacional arrecia y deja sin liquidez a las economías del mundo. Así lo establece un reciente estudio que la consultora KPMG encargó a la Unidad de Inteligencia del semanario británico “The Economist”.
El estudio, realizado entre 328 ejecutivos de las principales compañías del mundo, destaca que el 77% de los encuestados considera que las inversiones en infraestructura no serán suficientes para respaldar el crecimiento de sus instituciones a largo plazo. Este dato es interesante además porque el 52% de los entrevistados proviene de Europa, EE.UU. y Canadá, áreas provistas de infraestructuras de vanguardia.
Es relevante señalar que el 68% de los ejecutivos está “muy preocupado” por la efectividad de los gobiernos para invertir en infraestructura, mientras que el 66% dice que le preocupa que la situación económica actual impida la inversión necesaria para revertir tal carencia.
Para Steve Beatty, director global de infraestructura de KPMG, las carencias en infraestructura también afectan a los países desarrollados porque desde la década del 70 estos disminuyeron su ritmo de inversiones. En el caso de Latinoamérica —afirma— la situación es preocupante porque, según el informe, el 90% de los ejecutivos considera que la infraestructura es determinante para dirigir sus inversiones. Además, los ejecutivos señalaron que la construcción de carreteras y la generación de energía deberían ser las prioridades.
Respecto del Perú, Beatty comentó que es necesario que el Estado invierta para cerrar esta brecha y estimular la economía. “La inversión pública es muy importante por la escasez de liquidez”, concluyó.