Uno podrá leer un libro de nuestra historia, probar nuestra comida, visitar nuestro patrimonio arqueológico, ver nuestra danzas, oír nuestra música, emocionarse viendo un cuadro, leyendo un poema, maravillarse con nuestros paisajes. Y así entonces, conocer nuestro país.
Sin embargo, conocer no es suficiente para ser.
Porque distinto es cuando partiendo de ese conocer, uno además respeta, cultiva y transmite esa peruanidad, expresando sus riquezas, sus similitudes, sus diferencias, sus raíces, su singularidad, … su patria. Eso era precisamente lo que hacía nuestro gran Óscar Avilés, enseñándonos quizás una de las más bonitas formas de identificarnos con nuestro Perú, con lo que somos, con lo que valemos, con lo que soñamos. Y así entonces, de querernos un poco más.
Don Óscar Avilés, un peruano de verdad.
Descansa en paz.
(*) Publicado inicialmente en mi cuenta de Facebook el 6 de abril del 2014