Por aquel entonces no pude más que aprenderme a tocar de la mejor manera posible dicha canción, sin embargo tiempo después pude tener en mis manos el CD de la artista que interpretaba aquella tan buena melodía. Vendrían luego muchos otros CDs más.
Pero hoy en día, ya es un poco distinto, pues con la magia del Internet podemos encontrar numerosos videos de sus conciertos, los cuales muestran aún más toda la grandeza de quien es cariñosamente conocida como ‘La Negra’, aquella gran mujer nacida el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, Argentina. La misma que recibió una ovación de 15 minutos durante un concierto realizado en el famoso Carnegie Hall de Nueva York y quien fuera además la cantante más aplaudida durante el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano, espectáculo realizado para el Vicariato de Roma y el Papa Juan Pablo II en el año de 1994.
Debo aquí decir que pocas veces tiene uno la suerte de entender determinadas cosas de la vida por lo que nos dice alguien a través de sus canciones, al menos en lo particular, ese fue mi caso con Mercedes Sosa.
Esta gran señora conocida también como “la más grande Artista de la Música Popular Latinoamericana” vino por última vez a Lima hace aproximadamente un año, Scencia fue el lugar elegido para aquella gran noche, siempre ataviada con su poncho característico, no se amilanó porque el escenario no fuera tan amplio como su grandeza o porque su salud le jugara momentos inesperados en plena presentación, estaba ya algo enferma pero tuvo las ganas de bromear con todos quienes asistimos; su humildad, sencillez y profesionalismo le permitieron regalarnos sus mejores canciones, pero por sobretodo, entregarnos la belleza de su voz, la sinceridad de su emoción y la profundidad de su sentimiento en cada melodía interpretada.
Aquella noche nos regaló precisamente esa canción diferente de la que les hablaba al incio, la misma que aprendí cuando todavía estaba en el colegio, uno de esos grandes regalos que te da la vida, mi canción favorita, de título “Solo le pido a Dios” y cuya parte inicial de su letra dice así:
que el dolor no me sea indiferente
que la reseca muerte no me encuentre
vacía y sola sin haber hecho lo suficiente”
Hoy 4 de octubre, escribo estas líneas porque la página oficial de Mercedes Sosa ha anunciado que nuestra ‘Negra’ ha fallecido, “con 74 años de edad y una trayectoria de 60 años”, en realidad una gran pérdida para el mundo, sin embargo, una de las cosas que podemos decir con toda seguridad es que la muerte, aquella reseca muerte, no la encontró vacía y sola sin haber hecho lo suficiente.
Mercedes, ‘Negra’ linda, te extrañaremos porque físicamente ya no estás con nosotros, sin embargo, tal y como te lo dijo tu entrañable amiga Teresa Parodi: “…siempre cantarás en nuestras almas…”
La mas grande sin duda