Archivo por meses: marzo 2007

Claudia Cayetano

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¿POR QUÉ ESCRIBO Y POR QUÉ QUIERO ESCRIBIR?

Escribo por placer. Escribo porque necesito plasmar mis ideas, sentimientos y emociones en un papel. Porque lo hago con total autonomía, y al hacerlo me olvido de las preocupaciones y de los problemas del mundo. Quiero escribir porque cuando lo hago yo soy yo, sin más rodeos ni marcos; porque soy capaz de volar a infinitos horizontes sin la necesidad de despegar de mi asiento; porque admiro paisajes totalmente bellos, situaciones hermosas, sucesos inolvidables, sucesos que algunas veces vi en mis sueños y que, por eso, están muy alejados de la realidad. Quiero escribir porque necesito inventar, aunque sea por un instante, un lugar nuevo y transformarlo en mi mundo, un mundo sin parámetros ni fronteras, un mundo irreal que solo existe en mi ser. Y cuando lo hago me siento libre; porque creo a los personajes que yo quiera, quienes tienen mucho, poco o nada de mí, dependiendo de lo que me haya sucedido, sea esto bueno o malo, lógico o absurdo, pasado o venidero. Escribo sobre situaciones graciosas, tristes, alegres y unas cuantas melancólicas. Escribo por placer y libertad; porque con tan solo dejar que el lapicero dibuje lo que siento en una hoja conforto mi alma; porque cuando lo hago estoy en mil lugares distintos y puedo conocer nuevos rostros; porque cada una de los personajes que creo me enseña algo diferente; porque al escribir yo soy yo, y nadie más existe. Sigue leyendo

Rosario Zuñiga

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Para mí, lo personal ha sido siempre como un video de VHS que se limita a retroceder a una sola velocidad. Preguntarme por qué escribo es recordar por qué lo hago, es preguntarme algo tan personal como si soy feliz o si estudiando derecho haré lo que realmente quiero. Preguntas de ese tipo son las que me hacen imaginar sola y sentada en el centro de un cuarto gris frente a una mesa vacía en medio de un silencio sepulcral. En ese cuarto que se asemeja a un interrogatorio de detenidos, siento miradas invisibles a la expectativa de una respuesta que tendrá ecos sempiternos muy dentro de mí. Ahí me encuentro yo en estos momentos, perdida y navegando en mis pensamientos. Recuerdo con dificultad como una película ya olvidada, todos aquellos momentos en los que alguna vez en mi vida, desde pequeña, llegué a relacionarme con un lápiz y un papel. Las escenas de un recuerdo vago que va cobrando consistencia me dicen que escribo desde que tengo uso de razón. Los garabatos de una niña de 4 años que aún no sabía escribir tenían harta a la hermana mayor quien tajantemente debía responder “no” cuando esa niña le preguntaba entusiasmada si por fin había logrado escribir una palabra. Con el tiempo los garabatos se tornaron palabras de verdad. Los papeles retenían historias triviales, fantasiosas y sin sentido. Sin embargo, esa inocente imaginación que aún jugaba con mariposas fue madurando conforme vivía. La manera de entender las cosas, de sentirlas, de pronto le hizo cobrar una forma en particular de querer expresarlas. Así, los escritos eran sólo situaciones. Muy pocas veces escribía de ella. Al parecer, ella se reflejaba, muy de vez en cuando, en personajes y metáforas que hacía y deshacía, que imaginaba o experimentaba, que gustaba y disgustaba. Todo era imaginación, entendimiento e interpretación personal. “Ella escribe porque le gusta” – responde la chica del cuarto de detenidos. Y tan sencillo como eso, decido poner stop a ese video empolvado que guardo con llave en un viejo cajón. Sigue leyendo

Ethel Barja

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MOTIVOS PARA ESCRIBIR

Escribo porque tengo la necesidad de compartir obsesiones, manías, tristezas, esperanzas, impotencia, etc. Esta necesidad me lleva a hacer una extensión de mi vida para que otro pueda vivirla, hasta me atrevería a decir, para que pueda vivir un poco más. Esto supone la creación de un espacio en el cual se hacen existentes sueños y espejismos que habitan en mi mente. Primero existen como historias en un papel y luego en la mente de otros. De éste modo se hace posible mi convivencia tanto con la realidad que he creado como con los seres que la habitan; puedo crecer, sentir y morir con ellos. Ésta experiencia no es solitaria porque para mí y para el lector aquel espacio paralelo está vivo.
Además, a través de la creación por medio de la palabra puedo dar testimonio de mi época, ya que escribir no implica huir de la realidad sino asimilarla y desafiarla porque no es inmutable. Un testimonio que trate de mostrar aquello que otros prefieren ocultar e ignorar por intereses particulares o indiferencia.
Finalmente, considero importante señalar el disfrute que me genera la libertad de creación, gracias a ella puedo construir un mundo donde todo puede ser cierto. Nadie puede imponer sus posibles o imposibles más allá de mi voluntad. Sigue leyendo

Gonzalo Silva

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Escribir es una manera de crear. Sea lo que sea que se escriba siempre es algo nuevo. Me gusta salir de la realidad y cuando escribo siento que lo logro; es tentador cada vez que veo una hoja en blanco o cuando me compro un cuaderno nuevo. Siento la necesidad de llenarlos de palabras interesantes y con sentido.
Escribo por muchos motivos: para emocionar a la chica que me guste, para agradecer el amor de mi madre, para desfogar los sentimientos, no sólo de felicidad, sino también de disconformidad, para crear situaciones, etc.
Cada vez que escribo historias nuevas Amagues de cuentos) me suelo poner en el lugar del protagonista. Creo que la empatía es muy importante para lograr una buena historia. La primera vez que escribí fue en una máquina de escribir (valga la redundancia), era la historia de un niño pobre y huérfano que vivía en Roma. Tenía menos líneas (“el cuento”) que esta respuesta al por qué escribo, pero le guardo un gran cariño porque fue con ese mini cuento que a mis siete años supe que la escritura, de lo que sea, siempre va a estar presente en mi vida. La Literatura como tal me empezó a apasionar desde que tenía quince años, pero sé que no se trata tan solo de conocer de autores, sus obras o de géneros literarios, sino también escribir, bien o mal, pero escribir al fin. Es por eso que escribo, porque, a mi manera por lo menos, quiero hacer Literatura.
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Jesús Alzamora

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¿Por qué quiero escribir?

Me sorprende, y lo sigue asiendo, como el autor expresa su sentimiento, su pensar, su estilo de vida o lo que fuese. Mediante la escritura y su juego elocuente de describir cada acto, cada momento, cada pasión. Aún mas, el cómo te trasporta a su mundo, un mundo de fantasías muchas veces. Y te hace vivir, sentir, emocionar como un actor más en la escena escrita.

Aquellos son los motivos por el cual quiero descubrir más el cómo redactar con los detalles ya mencionados.

Aún recuerdo lo primero que escribí. Aunque a decir verdad no he escrito mucho en mi vida. Quizás por ser ciencias. Quince líneas que titulé “Almuerzo diario”. En él exagero el sentir de comer en dos ocasiones el mismo potaje
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Ricardo Navarro

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Yo escribo porque me siento a gusto haciéndolo y porque dejar a correr la imaginación es divertido.
Mi afición a la literatura comienza a mis tempranos 6 años, leyendo mi primer libro que fue “guerras de las galaxias” (Sí, Alexis, parecido a ti). Al terminar de leer el libro empecé a buscar otras cosas para leer pues en verdad me gusto leer ese libro (star wars) y me dieron libros como “La cabaña del Tío Tom”, “El principito”, “Platero y yo” etc. En la secundaria no corrí con tanta suerte, pues mi profesora de lengua era odiosa, y se pasaba la mayor parte de la clase hablando de religión que de los libros que teníamos que leer, y rajando de varias personas y diciendo lo buena gente que era ella. Fue en ese tiempo que dejé de leer.
Pero llegué a un punto, después de la secundaria, en el cual me aburrí de lo cotidiano y comencé a leer de nuevo para perderme en historias entretenidas… pero también llegué al punto en que quería dejar correr mi imaginación y empecé a escribir uno que otro cuento en la academia. Eso me gustó. Y ocasionalmente lo volvía a hacer. Sigue leyendo

Eliana Guillén

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¿Por qué escribo o por qué escribir?

Desde pequeña siempre me he sentido atraída por escribir, crear. Escribo desde hace buen tiempo poemas, y lo hago en mi tiempo libre como una forma de poder expresar mis sentimientos, mis emociones, mis ideas, y no solo los cargo de cosas mías sino también de gente que me rodea, recabo nuevas experiencias, creo que eso hace enriquecer mi panorama y compartir cosas nuevas.
Como leí una vez por ahí: “Escribir no es más que sacar la parte poética que vive en la rutina”.
Por otro lado, el poder escribir un cuento, sería algo diferente, una nueva aventura. El poder crear mundos, historias, personajes, paisajes, entre otras cosas, me parece fascinante, dejar que la imaginación vuele y construir mundos de ficción, haría crecer mí la creatividad y desarrollar ciertas habilidades en cuanto a la escritura y así poder redactar cosas nuevas, con la posibilidad de poder compartirlas y recibir opiniones, críticas, de modo que pueda mejorar y obtener un trabajo óptimo. Sigue leyendo

Cynthia Tellez

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Quiero escribir para dilucidar la imaginación escondida, detrás de todos esos cúmulos de información memorizada, durante años de estudio, sin creatividad. Tal vez sea bueno contar que toda mi infancia y adolescencia estuvieron fuertemente marcadas por tener inteligencia superior. “Tú puedes hacer mucho”, recuerdo bien que pase, luego de hacer un año en el jardín, al primer grado con tan solo 5 recién cumplidos; siempre fui una de las menores de mis clases, incluso en la academia, donde era de la selección con tan solo15 años, mientras todos los demás tenían algunos ciclos postulando.
El deseo de mis padres de que fuera una científica era tan grande que nunca me dejaron dedicar tiempo a nada que tuviera que ver con el arte, incluso me cambiaban de deporte tan pronto como alguno de mis entrenadores dijera que podría hacerlo de manera competitiva, aunque esto está superado porque pertenezco a la selección de softball de la universidad. Estas situaciones hicieron que, en alguna época de mi vida, la depresión fuera tanta que recibí ayuda psiquiátrica. Aunque está superada y puedo resaltar que fue Dios quién mas me ayudo, todavía me quedan las ganas de escribir y crear, ya que siempre se me prohibió hacerlo.
Quiero crear realidades, personajes, conversaciones, sueños, anécdotas, vivencias, escenarios que al combinarse dejen una sensación dulce, amarga, ácida, burbujeante o desconocida.
Deseo que al leer mis cuentos o la mayoría de ellos no parezcan vacíos o torpemente realizados; sino que sorprendan, causen extrañeza, dejen ganas de meditar, o incluso sean tan claros que se entienda mi esfuerzo por despertar la parte más divina de nosotros, la parte que nos hace creatura y criaturas de Dios a su imagen y semejanza. “Ese deseo de tendencia a lo bueno, a lo infinito, a lo eterno, a la felicidad”.
Por ultimo quiero que todos y cada uno de mis cuentos sean muestra de un arduo trabajo en el uso de las técnicas de redacción que aprenderemos este ciclo; que la expresión correcta de mis ideas, quede en sus mentes y, si es el caso, cale en sus corazones.
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Denisse Pilares

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Recuerdo que la primera obra literaria que tuve entre mis manos fue “El coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel Gracia Márquez. Esta obra la deteste por lo cual no la termine de leer; sin embargo, mas tarde entre las colecciones de mi tío encontré “Las mil y una noches” esta obra contenía una serie de cuentos , los cuales me fascinaron y no los dejaba de leer. Desde ese día, me comenzaron a llamar la atención los libros que tuvieran que tuvieran que ver con ficción. Mas tarde, en el colegio leí mitología griega (La IIiada, La Orestiada y La Eneida), estas obras aumentaron más mi interés por los libros. Ahora leo a Gabriel García Márquez ya que, me quede encantada con su forma de convertir la realidad en algo fantástico. Todos estos motivos me inspiraron a querer escribir cuentos como García Márquez u Homero. Actualmente, escribo pequeños pensamientos que me vienen a la cabeza de vez en cuando. Sin embargo, no tienen la calidad como la de los grandes escritores. Deseo que el cuento que escriba no pierda su calidad en el transcurso y que resulte interesante para cualquier lector y que lo transporte al lector a su mundo.

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Marco Trigoso

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Creo que mas que un “por qué” es importante conocer la situación que lleva a la gente a escribir.
En este particular (el mío), no se porque escribo, tal vez es una acumulación de información en la mente que necesita brotar o cosa parecida, me parece muy difícil decir porque escribo, pero es mas fácil, para mi, describir las situaciones que me llevaron a plasmar irrealidades en papel.

Todo comenzó con un viaje de mi padre cuando yo tenia 8 años, como no había otra forma de comunicación que las cartas(a pesar de estar a fines de los ’90), mi familia y yo le escribíamos cartas todas las semanas comentando lo que pasaba en su estadía por Europa, en todo caso después de varios meses escribiéndole cartas, ya no había mucho que comentar y como las respuestas “se hacían esperar”, un día le escribí una historieta-cuento, que en realidad parecía una versión diminuta de la “Guerra de los mundos”.

Al parecer a mi padre y a mi nos gusto la idea de entretenernos mutuamente yo con los cuentos y el a través de dibujos, pequeñas pinturas; así pasaron 4 años hasta el regreso de mi padre donde por el azar encontré libros de Connan Doyle y antologías de los “Poetas malditos”, asombrado por estos poetas y una larga inclusión en Julio Verne, comencé a escribir poesía dejando los cuentos, historias y demás proyectos de novelas con tramas ya plasmadas en hibernación, y así se han quedado hasta la actualidad en la que mi producción es puramente poética.
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