INSPIRACIÓN IIII El otro potencial de la ciudad imperial

A UN MES DE REALIZADA LA SEGUNDA EDICIÓN DEL CUSCO ALWAYS IN FASHION, EDWARD VENERO REFLEXIONA EN TORNO A ESTA CITA. LA PROPUESTA QUE ÉL PRESENTÓ ESTUVO INSPIRADA EN LA ARMONÍA DE LOS CUATRO SUYOS

Por: Catherine Contreras

“La moda no descansa, no tenemos por qué descansar nosotros”. Edward Venero, director artístico del Cusco Always In Fashion 2011 –que durante cuatro días inundó de moda la Ciudad Imperial–, considera que esta cita puede llegar a ser anual. La primera versión (en el 2009) fue un buen inicio, y muchos aseguran que esta segunda fue mejor.

Durante cuatro días y arropados bajo un techo de inspiración, innovación e inclusión, 16 diseñadores y siete comunidades cusqueñas tomaron calles y recuperaron inmuebles con sus propuestas de diseño de moda.

“No fuimos a enseñar, sino a aprender y compartir espacios más amplios para la creación”, reflexiona el diseñador cusqueño y profesor de la carrera de diseño gráfico de la PUCP.

Y ahora, en retrospectiva, Venero se muestra feliz con el resultado del festival que incluyó conferencias, conversatorios y talleres de utilidad para los empresarios, confeccionistas, creadores y hasta modelos andinos. Pero también ha confirmado que para la moda el camino es difícil.

“Si hacemos un paralelo con la cocina, vemos que el camino es distinto pero los recursos son los mismos. Ambos son un ‘boom’ y responden a necesidades fisiológicas, pero no toda la gente va a tener acceso a una prenda de diseño como lo tiene a un lomo saltado. Entonces, es distinto el camino que se va a seguir. Necesitas mayor trabajo de difusión y de creación de espacios como estos, donde puedes discutir que el diseño no es lujo, que es una solución a un problema”, opina el diseñador con respecto a las posibilidades de crear trabajo y sembrar ideas entre productores y artesanos con capacidad de aprovechar un nicho que vaya más allá del tradicional souvenir.

De hecho, Venero mismo es ejemplo de ello. Su más reciente colección estuvo asociada con el último inca: cada prenda era un hilo conductor hacia el concepto del imperio, la composición armónica de los cuatro suyos (los colores representaron elementos de la naturaleza), la calidad y valor de sus fibras (algodón, alpaca y vicuña) y la influencia de otras culturas. Una historia redonda y lista para salir al mundo.