EL presidente Kuczynski ha aceptado que una empresa de su propiedad recibió pagos “de consultoría” de Odebrecht cuando él ocupaba el cargo de ministro de economía del ex–presidente Alejandro Toledo. Ahora PPK pretende aplacar el agravante que haber previamente negado haber recibido dinero de Odebrecht alegando que los pagos por casi 800 mil dólares recibidos por una empresa de su propiedad fueron por contratos con los cuales él no tuvo “nada que ver”. Obviamente, eso no suena muy persuasivo.
La reacción general en los medios ha sido pedir la renuncia del presidente, quien ha solicitado se le quite el secreto bancario, pero nadie parece interesarse por tal solicitud, y eso es un error muy grave. Puedo entender que los políticos –especialmente los de la oposición– no se interesen en la solicitud de PPK, pero es increíble que ni los medios ni el público en general tampoco le hagan caso.
PPK debería exigir ahora que los congresistas, empezando por los de la oposición, también renuncien a su secreto bancario. No lo hace porque considera que bajo un orden capitalista el secreto bancario es un derecho inalienable, del cual solo podemos prescindir en una situación de vida o muerte. Pero cualquier político que asume un cargo público –como el de presidente o congresista– debe entender que pierde mucho de su derecho a la privacidad. Esa debe ser la principal lección que debemos obtener de la crisis política que vivimos.
En las elecciones pasadas solo una candidata -Verónika Mendoza- ofreció renunciar a su secreto bancario. No sé si finalmente lo hizo, pues los medios y el público tampoco se interesaron mucho en el asunto. Pero la renuncia al secreto bancario debería ser no solo una condición para asumir, sino incluso para postular a un cargo público. Sería una manera de por lo menos tratar de disuadir a aventureros y bribones a que hagan de la actividad política un negocio. Los políticos que ahora predican contra la corrupción en nuestro país sin siquiera aludir al asunto del secreto bancario son simplemente una banda de hipócritas.
Ahora que parece obvio que el presidente tendrá que irse a su casa en San Isidro o a su departamento en Manhattan, solo nos queda esperar que no solamente haga efectiva su renuncia al secreto bancario, sino que exija que los congresistas también lo hagan. Es único desquite posible que tiene contra el fujimorismo.
La renuncia sería una salida fácil que no es merecida. La vacancia por incapacidad moral es lo justo. Del mensaje presidencial se pueden tener dos lecturas exluyentes: la primera, es que estamos siendo gobernados por gente inexperta que no conoce nada de leyes. “Es una empresa de mi propiedad pero yo no he participado en el contrato, el dinero no ha ido a mis cuentas”. Por favor, el dinero puede haber ido a parar al mar. Eso no es relevante. La transacción es ilegal y sospechosa de un hecho corrupto. Los otros “gobernantes de lujo” con su presencia garantizan y respaldan esta infantil “explicación”. La segunda lectura es que creen que somos un pueblo ignorante del cuarto mundo y que nos merecemos este gobierno.
La corrupción es producto del financiamiento de los partidos políticos. Esto debe cambiar. El Estado debe financiar las campañas electorales y sus militantes la gestión administrativa permanente, con aportación mensual bancarizada. Los planes de gobierno deben tener calidad de Declaración Jurada y al término de gobierno evaluación de promesas. Por un porcentaje mínimo de incumplimiento a debatir, a la cárcel con juicio sumario por asociación criminal. A ver si se presentan 20 partidos patrióticos que quieren cambiar el país.
BVL vuelve a caer ante crisis en gobierno de Kuczynski
¿Cuál es principal temor de los inversionistas en la BVL?, este viernes la Bolsa de Valores de Lima volvía a bajar en las primeras horas de negociación, el sector minero es que lidera las caídas de la bolsa local, la creciente incertidumbre política generada por el pedido de renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski esta preocupando a los inversores que salieron a liquidar partes de sus posiciones en la BVL, estos temores podrían agravarse aun mas si se comprueba los vínculos entre Kuczynski y la constructora brasileña Odebrech.