Por Gisella Evangelisti*
23 de setiembre, 2013.- Los afroamericanos habían llegado en 250.000 de todo el país, en buses, trenes, coches, hacia Washington, el corazón del poder, ese 28 de agosto del 1963, desafiando las autoridades. Vestidos de fiesta, como les había recomendado el reverendo Martin Luther King. Pedían trabajo digno y libertad: “Jobs and Freedom”, habían escrito en grandes pancartas.