Echando a matar se aprende

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El 1 de septiembre se llevó a cabo el último examen SERUMS 2024. Este examen, organizado por el Ministerio de Salud (Minsa), se llevó a cabo en 27 sedes a nivel nacional y contó con la participación de más de 13,500 profesionales de la salud. En esta evaluación, correspondiente al Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serums), los profesionales de la salud compitieron por plazas disponibles en diversas regiones del país.

En el caso de medicina, los resultados son más que preocupantes: en total postularon 2427 médicos, de los cuales desaprobaron el examen el 50.8% y salieron aprobados el 49.2%. La nota promedio es desaprobatoria: 10.39, la nota mínima es 04.2 y la nota máxima es de 15.6. ¿A qué se deben estas bajas calificaciones? En primer lugar, muchos de los profesionales de la salud que participaron en este examen cursaron una parte significativa de sus estudios universitarios durante la pandemia de COVID-19, lo que implicó una transición abrupta a la modalidad virtual. Esta modalidad, aunque necesaria, presentó desafíos significativos, como la falta de acceso a laboratorios y prácticas clínicas esenciales para la formación médica, así como limitaciones en la interacción directa con profesores y compañeros, elementos cruciales para el aprendizaje efectivo en el campo de la salud. Además, la calidad de la educación virtual varió considerablemente entre instituciones, exacerbando las desigualdades preexistentes. En segundo lugar, el proceso continuo de contrarreforma universitaria, que ha debilitado a la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), ha generado incertidumbre y desconfianza en el sistema educativo. La SUNEDU, creada para asegurar la calidad educativa, viene enfrentando constantes ataques y modificaciones que han mermado su capacidad de supervisión y regulación. Esta situación ha permitido que algunas universidades operen con estándares académicos insuficientes, afectando la formación de sus estudiantes, en especial de los relacionados a salud.

En conjunto, estos factores han contribuido a un entorno educativo menos riguroso y efectivo, reflejándose en los bajos puntajes obtenidos en el examen SERUMS. Quienes creían que la virtualidad era el futuro de la educación superior en nuestro país y que la contrarreforma universitaria, impulsada desde el Congreso, no tendría efectos directos en la población, se deben estar lamentando. Pero claro, como estos nuevos serumistas irán al “interior del país” a practicar con los más pobres, no nos interesa. Echando a perder se aprende, dice el dicho, o sería mejor decir “Echando a matar se aprende”.

Publicado el 07 de setiembre del 2024, en Diario Viral.

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