La docencia universitaria

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El viernes pasado se celebró en nuestro país el día del docente universitario; sinceramente desconozco las razones por las cuales se ha separado el día del maestro del día del docente universitario, y también desconozco las razones por las cuales se celebra este día el 11 de julio. Sin embargo, como docente universitario creo importante aprovechar la oportunidad para reconocer y valorar nuestra labor, ya que desempeñamos un rol fundamental en la formación académica, profesional y personal de miles de estudiantes.
Pero antes de ser docente universitario soy sociólogo y debo mencionar que no todo debe ser festejo ni alegría, ya que enfrentamos diversas dificultades que afectan tanto nuestro desempeño profesional como nuestro bienestar personal. Una de las principales dificultades es la insuficiente remuneración. Muchos docentes universitarios recibimos salarios que no corresponden a la importancia de nuestro trabajo ni a la formación académica que poseemos o que la ley nos exige para ejercer nuestro trabajo (maestrías, doctorados, diplomados, etc.). Esta situación se ve agravada por la contratación bajo modalidades precarias, como el trabajo a tiempo parcial o por horas o la nueva modalidad de trabajo virtual que algunas universidades particulares han implementado, lo que nos impide contar con estabilidad laboral. Otra dificultad es la precariedad en el acceso a recursos educativos. El acceso a recursos didácticos, tecnológicos y de investigación es limitado en muchas universidades peruanas, especialmente en aquellas públicas y ubicadas al interior del país. La falta de bibliotecas adecuadas y actualizadas, laboratorios bien equipados y acceso a bases de datos académicas internacionales dificulta nuestra labor docente y limita las oportunidades de investigación y desarrollo académico. Finalmente, dentro de las muchas dificultades que el espacio de esta columna limita mencionar, cabe la pena señalar la carga administrativa que tenemos. Si, estimado lector, nosotros no solo vamos a dictar clases y nos vamos a casa. Los docentes universitarios a menudo debemos asumir tareas administrativas que desvían tiempo y energía de nuestra principal función: enseñar e investigar. La gestión de cursos, la elaboración de informes y la participación en comisiones, etc., ocupan un espacio significativo nuestra agenda.
Pero a pesar de todo, aquí estamos, formando seres humanos de elevada calidad profesional y humana, o por lo menos eso intentamos hacer. Permítanme estas últimas líneas para saludar a mis colegas y amigos de Sociología de la Unsa, en especial a mi maestro Víctor Raúl Sacca Abusabal, ejemplo de maestro universitario dentro y fuera de las aulas.

Publicado el 13 de julio del 2024, en Diario Viral.

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