A pocas semanas de producirse la tan esperada segunda vuelta electoral, quisiera ampliar lo que ya escribí en la columna de la semana pasada (2021, Voto contra el olvido) y exponer las razones personales por las que no voté ni votaré por Keiko Fujimori:

En primer lugar, porque la relación intrínseca que existe entre el fujimorismo y la corrupción, violación de derechos humanos, narcotráfico, etc. no ha sido eliminada en los últimos 21 años desde que el dictador renunció vía fax desde Japón. No ha existido un deslinde claro por parte de la hija de todo lo que ha hecho su padre; por el contrario, se ha pasado alabando y calificando al gobierno de Fujimori (1990-2000) como uno de los mejores gobiernos en la historia del Perú. Prueba palpable de ello es la permanencia de varios dirigentes colaboradores cercanos a Alberto Fujimori en las distintas campañas de su hija: Yoshiyama, Marta Chávez, Luz Salgado, etc. El crecimiento económico nunca puede ser justificado con el robo, corrupción y asesinatos. Perdóname, Nicolás, pero no todos los medios son válidos para preservar al Estado. En segundo lugar, la constante defensa a la Constitución Política de 1993, la misma que nació de un proceso de elección fraudulento del Congreso Constituyente Democrático (CCD) en 1992 y por lo tanto es una Carta Magna ilegítima, que en mi opinión debe ser modificada en varios aspectos. Los fujimoristas quieren hacer creer que el “gran crecimiento económico” de los últimos 20 años se debe a este documento, lo cual es totalmente falso, ya que en estas últimas décadas ha existido una prosperidad económica mundial que favoreció al Perú como país exportador de materias primas (minerales), prosperidad que se ve afectada por la actual crisis sanitaria.

Finalmente, porque el plan de gobierno de Keiko, peca de omisión y errores. No se menciona que políticas públicas se implementaran para combatir la corrupción y defender los derechos humanos. y muchos otros temas que este plan de gobierno no se molesta en tocar. A pesar de la supuesta experiencia de la candidata y de su equipo de gobierno, la precariedad en propuestas nos da a entender que pocos o ningún intelectual serio colaboró con ese documento. Por otro lado, los pocos académicos que defienden o apoyan este plan de gobierno, han sido seriamente cuestionados, como el caso del Dr. Bustamante y su afirmación de que “el placebo es mejor que la vacuna”. ¿Estos serán los próximos funcionarios de un eventual gobierno Fujimorista?

Publicado el 15 de mayo del 2021, en Diario Viral.