A dos semanas del 11 de abril, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), ha publicado los resultados al 100% de actas procesadas. Tal como lo mencionábamos la semana pasada, Pedro Castillo de Perú Libre pasa a segunda vuelta con el 18.96% de votos válidos; competirá contra Keiko Fujimori de Fuerza Popular, quien logró llegar con 13.4% de votos válidos. Si recordamos los resultados de anteriores procesos, podemos afirmar que es la primera vez que los contendores en una segunda vuelta pasan con un porcentaje de votos tan bajo.
Por ahora no me voy a dedicar a plantear las ventajas (si acaso las hubiera) o desventajas de votar por uno u otro candidato. Felizmente al ser solo dos los postulantes, los ciudadanos de verdad (no los imaginarios como señalaba el maestro Sinesio López) podrán leer sus planes de gobierno. Lo que quiero advertir en estas líneas es lo que varios empresarios vienen haciendo: generar miedo, pánico y terror entre sus trabajadores si votan por determinado candidato. Desde mensajes por grupos de WhatsApp advirtiendo que: “Si gana Castillo, cerramos la empresa y nos vamos a Chile”, o “He puesto un letrero de SE VENDE en mi casa, para que la sirvienta (que es media roja) vote por Keiko, porque si sale Castillo, todos nos vamos”, hasta “La empresa ha crecido los últimos años gracias al modelo de economía y con Castillo todo corre peligro, por lo tanto no deben votar por ese comunista, sino no habrá ingresos, tendremos que despedir personal y probablemente muchos de ustedes no nos acompañen después de julio”. Si mis lecturas sobre temas sociales no se equivocan, lo que estos malos empresarios hacen es terrorismo. No es necesario empuñar un fusil, lanzar una granada o poner un coche bomba para generar miedo y pánico en una población que es lo que ellos vienen haciendo. El terrorismo es todo acto que mediante el miedo produce un efecto político y sirve a objetivos políticos. Estos malos empresarios no ven que juegan con los sentimientos de sus trabajadores y generar descontento y resentimiento, los mismos sentimientos de frustración que nos han llevado a esta disyuntiva electoral. No han aprendido nada del fenómeno de violencia política que inició en los años ochenta. Siguen tratando a sus subordinados como gente inferior, no pensante; igual que el asesino de Abimael Guzmán hacía con su gente y la población.
En el colmo del control, incluso algunos empresarios han pedido la foto de la cédula de votación de sus trabajadores, para asegurarse que “marcaron la K y no el lápiz”. ¿Dónde están los sindicatos y gremios laborales? ¡Cierto! Fueron eliminados por el papá de la candidata Fujimori. Ahora saben una de las razones.
Publicado el 24 de abril del 2021, en Diario Viral.