Sociólogo, profesor y amigo

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La covid-19 avanza de una manera realmente preocupante en nuestra región. Cientos de contagios nuevos cada día, decenas de muertes se lamentan diariamente. Muchas familias van perdiendo a sus integrantes, cientos de personas pierden amigos, colegas, conocidos. Cada muerte, producto de esta maldita peste, es un golpe muy duro y el vacío que deja es irreparable. Esta semana, lamentablemente, no fue la excepción. Nos tocó de cerca la muerte, con la pronta partida de José Luis Vargas Gutiérrez.

José Luis es uno de los sociólogos más destacados y reconocidos tanto en el ámbito regional como por sus pares a nivel nacional. No solo porque tiene el título profesional, sino por su producción intelectual. Es autor de múltiples libros sobre diversos temas, los mismos que seguramente son de lectura obligatoria para entender nuestra realidad local y nacional. José Luis es uno de los profesores de sociología más didácticos que he tenido. Recuerdo que allá por el año 2005 cuando ingresé a esa carrera (sin saber a qué me metía y con la intención de hacer mi traslado a derecho), el primer curso que llevé fue Sociología General, ahí tuve la suerte de que José Luis fuera mi profesor. En esos años usaba lentes de sol, tenía su característico bigote (que se lo quitó recientemente) y llevaba un cuaderno en donde tenía apuntes de lo que trataba la clase. Anotaba algunos títulos y subtítulos en la pizarra y empezaba a hablarnos del tema del día, mezclando a los clásicos con los contemporáneos de la sociología, lo local con lo nacional y lo internacional, su vida personal y académica con sus gustos: el cine, la televisión, el periodismo, la comida, etc. Es un placer escucharlo en sus clases. José Luis es también un gran amigo y colega. Cuando postulé a una vacante como profesor en San Agustín, fue uno de los pocos que me alentaba a no decaer en ese intento. Y ya como colega en la universidad siempre me preguntaba sobre lo que estaba estudiando, sobre lo que estaba investigando o sobre lo que hice ese día en mi vida personal. Puede ser que lo que le contaba fuera algo realmente importante (como cuando ingresé a estudiar mi maestría en la Pontificia Universidad Católica del Perú) o algo tan insignificante (como cuando le conté la última serie que vi en Netflix), pero él siempre escucha con mucha atención y dispuesto a ayudar en algo.

Así es José Luis; no en pasado, sino en presente. Porque va a resultar muy difícil acostumbrarse a que ya no está físicamente entre nosotros, porque deja muchos libros más por escribir, porque deja muchas promociones de estudiantes a los cuales inspirar y enseñar; y porque deja a muchos amigos adoloridos por su ausencia. Hasta siempre, Varguitas.

Publicado el  12 de junio del 2021, en Diario Viral

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