La voz del pueblo es la voz de Dios, reza el dicho; al parecer el pueblo y Dios nos han puesto en una muy difícil encrucijada. Al momento de terminar de escribir esta columna y al 99.98% de actas procesadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), los dos candidatos que logran llegar a la segunda vuelta son Pedro Castillo de Perú Libre con 19.11% y Keiko Fujimori de Fuerza popular con 13.37%. Ya es muy poco probable que López Aliaga o Hernando de Soto puedan revertir estos resultados. Tendremos segunda vuelta entre Castillo y Fujimori.
Hace una semana escribía que “no merecemos un presidente que manifieste su odio y desprecio por las mujeres y las minorías poblacionales. No merecemos un presidente que no pueda controlar a su partido, el mismo partido que fue responsable político de la crisis que estamos viviendo. (…). No merecemos un gobernante turista, que solo se acuerde que es peruano cuando le conviene y que seguramente desaparecerá del escenario político si pierde. No merecemos un militar populista de presidente. (…). No merecemos un cobarde que huye de los problemas personales como presidente. No merecemos un pseudo profesional que no sabe ni expresarse como presidente”. Sin embargo, nos hemos puesto en la difícil decisión de elegir entre tener a un extremista de izquierda como presidente o una presidenta que ensalce la inmoralidad del régimen autoritario y corrupto de su padre. Muy difícil decisión, sin duda alguna; pero probablemente se haga menos difícil de tomar si tomamos en cuenta varias cosas que probablemente no consideramos en la primera vuelta (dada el gran número de candidatos en la primera vuelta). Recomiendo, revisar minuciosamente los planes de gobierno de ambos candidatos, en especial lo referido al combate contra la pandemia de la Covid-19, la reactivación económica y la visión de país que deberían tener ambos partidos. También recomiendo indagar sobre los antecedentes personales de ambos candidatos: de dónde vienen, a qué se dedican, quienes integran su entorno más cercano, su ideología, etc. No nos dejemos engañar por terceros ni nos dejemos meter miedo por gente que, con intereses subalternos, tratan de confundir a la población.
Ahora si resulta más fácil cumplir nuestro deber ciudadano, con solo dos candidatos el trabajo se reduce considerablemente. En ese sentido, no debe haber excusa para arrepentirnos luego de la segunda vuelta. De esta elección no solo depende el futuro económico del país; también depende el futuro moral de la nación.
Publicado el 17 de abril del 2021, en Diario Viral.