El amor líquido

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Mañana es el día del amor. Seguramente si preguntamos a nuestros padres o abuelos sobre lo que es el amor, la mayor cantidad de respuestas irán orientadas a describir el amor romántico: ese amor eterno, que es capaz de vencer todos los obstáculos, incluso la propia muerte. Esa forma de amor ya pasó de moda. Con esto no digo que esté bien o mal, simplemente digo que hoy en día se vive el amor de diferente manera.

Para ilustrar este nuevo amor, creo necesario recurrir a lo que Zygmunt Bauman quien acuñó el término de “amor líquido” y que ha trastocado los viejos paradigmas sobre el amor, los sentimientos y las relaciones humanas. Estas reflexiones, a manera de consejos, se pueden observar cada vez más en este mundo tan cambiante e impredecible en el que vivimos: Las relaciones, como los autos, deben ser sometidas regularmente a una revisión para determinar si pueden continuar funcionando. El compromiso a largo plazo es una trampa que el empeño de relacionarse debe evitar a toda costa; al comprometerse, usted debe recordar que tal vez esté cerrándole la puerta a otras posibilidades amorosas que podrían ser más satisfactorias y gratificantes. Las promesas de compromiso a largo plazo no tienen sentido; al igual que otras inversiones, primero rinden y luego declinan; si usted quiere relacionarse, será mejor que se mantenga a distancia; si quiere que su relación sea plena, no se comprometa ni exija compromisos. Podemos enamorarnos más de una vez; la definición romántica del amor (“hasta que la muerte nos separe”) está decididamente pasada de moda. Al igual que otros productos, la relación es para consumo inmediato y para uso único, sin perjuicios, primordial y fundamentalmente, es descartable. Si resultan defectuosos o no son plenamente satisfactorios, los productos pueden cambiarse por otros, ¿acaso hay una razón para que las relaciones de pareja sean una excepción a la regla? Ni siquiera los matrimonios se realizan en el cielo, y lo que los seres humanos han unido puede ser disuelto por los seres humanos. El viejo estilo de matrimonio, ya desplazado por la reconocidamente temporaria cohabitación del tipo “veremos cómo funciona”, es reemplazado ahora por una “reunión” de tiempo parcial y flexible.

Nuestros padres y abuelos sentenciarán que “todo tiempo pasado fue mejor”, gran error. Ni fue mejor ni fue peor, como tampoco el tiempo presente es mejor o peor que el pasado, solo es diferente y seguramente el futuro será más diferente aún. Aprender a adaptarnos a estos cambios es lo más inteligente.

Publicado el 13 de febrero del 2021, en Diario Viral.

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