Manuel Gonzáles Prada decía, en su famoso discurso en el Politeama: “La historia de muchos gobiernos del Perú cabe en tres palabras: imbecilidad en acción; pero la vida toda del pueblo se resume en otras tres: versatilidad en movimiento”. La semana pasada nuestros jóvenes nos han demostrado que no solo se dedican a estudiar y/o trabajar, sino también un gran compromiso y lucha por nuestra democracia y por el bien común. Vienen demostrando esa versatilidad en movimiento en contraposición a la imbecilidad de nuestros congresistas.
A lo largo de nuestra historia hemos vivido grandes procesos de transformación social, económica y política. Siempre, los jóvenes han mostrado su activa participación durante dichos procesos. Los vimos presentes después de la guerra con Chile, muchos de ellos animados por el discurso de Gonzáles Prada. Los vimos participar reclamando la jornada de 8 horas de trabajo durante la república aristocrática. Los vimos presentes cuando se reclamaba igualdad de derechos electorales a las mujeres. Estuvieron presentes cuando la autocracia neoliberal de Fujimori y Montesinos quisieron perpetuarse en el poder. Y, en el 2020, los vemos recuperando nuestro país de caer en la autocracia de un gobierno ilegítimo.
Los jóvenes, nuestros jóvenes del siglo XXI no han vivido los procesos de transformación: no han vivido una dictadura militar, menos un autoritarismo civil; no han vivido la hiperinflación, no han vivido el terrorismo; sin embargo, esa falta de experiencias no ha significado su apatía y desentendimiento de la grave crisis sanitaria, política, social y económica en que se encuentra el país.
Han demostrado ser ciudadanos y no solo electores. Su participación en la actual coyuntura ha significado la caída de un régimen que nació sin legitimidad y que, en vez de ganarse el apoyo popular para garantizar la gobernabilidad, ha reprimido duramente la protesta ciudadana. En solo 5 días han muerto dos personas, hay cientos de heridos y muchos desaparecidos, ¿Quién podría estar de acuerdo con un régimen así? Nadie, y mucho menos ustedes, nuestros jóvenes.
Muchas personas avejentadas no solo en edad, sino también en espíritu, los llaman la “generación equivocada”, porque creen que su reclamo es incorrecto, es equivocado, que no saben lo que quieren y que son los medios (o redes sociales) quienes los han incitado a reclamar y salir a las calles. Incluso algunos políticos del régimen usurpador de Merino de Lama se atrevieron a decir que están saliendo a las calles porque “estuvieron mucho tiempo encerrados”. Nada más alejado de la realidad y de sus pobres mentes obtusas. Ustedes son la generación correcta, esa que era necesaria para conseguir los cambios que hoy estamos empezando a vivir y que en el corto plazo nos regresará a la democracia de la cual nunca debimos salir por los apetitos políticos e intereses personales de individuos que pasarán a la historia como ejemplo de la ignominia y la bajeza moral.
Pero, lo que se viene es aún más grande y requiere de ustedes un mayor compromiso: lograr la consolidación de nuestro sistema democrático con las elecciones democráticas del 2021. En ese año nuestra protesta y descontento con la clase política se debe ver reflejado en un voto consciente y responsable. Para ello debemos exigir a los partidos políticos una mejor oferta electoral, al gobierno de turno un proceso electoral transparente y a nosotros mismos informarnos para que lo que hemos vivido estos últimos años no se repita. Ese será el mejor legado de la “generación del bicentenario”: un Perú mejor de hoy en adelante.