La oclocracia en acción
No esperé cien días, sino un poco más; pues la insistencia de colegas y amigos que criticaron mi radicalismo al denominar la actual gestión regional de oclocrático; es decir, gobierno repulsivo, hicieron que esperara unas semanas más, para ver cuán equivocado estaba; es decir, escuchar las “grandes propuestas” o planes que anunciaría el actual gobernador Cáceres Llica, en favor de nuestra región. Espera en vano y constatación de lo que anuncié desde que se supo de su triunfo electoral: el arribo de una administración repelente y el gran daño que eso le significará al desarrollo de nuestra región.
Es decir, los cien días que pidió el actual gobernador para “preparar su plan”, y que, a la vez, fue su pretexto para no dar la cara a la opinión pública, fueron en vano, ya que transcurridos esos días, lo único que sabemos de él, es que tiene más denuncias de violación o maltrato, al igual que su entorno político; que sería adicto al alcohol; que el vicegobernador es su primer enemigo y el segundo es su homólogo de Puno; que lo dominante en las oficinas del Gobierno Regional son los incendios; y que entre sus grandes ideas, persisten las delirantes propuestas del Huáscar, la Momia Juanita y un largo, etc. todo ello atravesado por un elemento infaltable: la danza; es decir, el jolgorio o juerga.
Pareciera pues que, como Región, estamos condenados a los desvaríos de una autoridad que lo único que causa, ante los ojos y opinión externa, es vergüenza; pero que, para muchos ojos y opinión interna, sigue siendo expectante. Es decir, acercándonos a los primeros seis meses de su mandato, Cáceres Llica cuenta aún con el apoyo, principalmente, de esa masa electoral le dio el triunfo, la misma que no está necesariamente en las provincias altas o serranas, como se supone, sino que está aquí, en la mismísima Arequipa citadina y urbana, la de los grandes malls.
¿Cómo entender ese aún velado apoyo? Creo que hay dos razones: la primera tiene que ver con la presencia activa que tiene el gobierno cacereslliquista con las provincias arequipeñas, especialmente aquellas que presumen ser su bastión electoral. Esa presencia se viene traduciendo en una participación activa en sus fiestas, sean religiosas o políticas; es decir, no hay celebración donde el GRA no se haga presente con su banda musical, con su grupo de danzarines y, por supuesto, con alcohol. Sabiéndolo o no, con esa estrategia, lo que viene haciendo el GRA es aplicar la vieja fórmula de Alejandro de Deústua, quien creía que lo único importante para la masa andina es la juerga regada con alcohol.
Con esa visión, no es raro que, incluso, el GRA haya organizado una competencia dancística, a la que llamó LLaqtaqunaq tusuynin, en medio de un inventado 30 años del GRA, cuyo premio, serían suculentos cientos de miles de soles. Es curioso notar que dicha competencia se dio en la misma fecha que la Arequipa tradicional iniciaba uno de sus festejos religiosos más importantes. Es decir, en la inacabada disputa cultural entre lo andino y criollo (con las siempre bien usadas dosis de racismo, que el gobernador administra con sapiencia), esa competencia dancística, debe hacer sido interpretada como un festín, por aquellos que viven de ella.
La otra razón que anima aún cierto apoyo al repulsivo gobierno cacereslliquista, es el siempre activo oportunismo de quienes ven en este tipo de gestiones, la ocasión única e imperdible para hacerse de un puesto de trabajo, mucho mejor si se trata del Estado, ya sea para perpetuarse en él, o, simplemente, para aprovecharlo al máximo, mientras dure la gestión. He visto de cerca los equipos que acompañan o rodean al gobernador cuando asiste a eventos. Todos, sin distingo, parecen bandas de trúhanes al acecho de cualquier presa que se les presente. ¿Esos equipos se diferencias de las anteriores gestiones? Lamentablemente, no; pero, por lo menos, las anteriores sabían esconder su avidez.
¿Qué le espera pues, a nuestra Región con este oclocrático gobierno? Definitivamente, nada bueno. Lo hemos dicho y lo reiteramos. Quizás los únicos beneficiados terminarán siendo, las bandas musicales y dancísticas, las distribuidoras de cervezas y aquellos que logren el ansiado puestito, aunque sea en una de las quemadas oficinas del gobierno regional.