Fuentes Fuentes
Con motivo del LIII Aniversario de la Escuela Profesional de Sociología de la Universidad Nacional de San Agustín, celebrada el viernes pasado, se me encargó reseñar la trayectoria académica de Julio Fuentes, Profesor Principal de ésta, mi Escuela, quien, además, hace poco cumplió 35 años de fructífera labor profesional. Aquí, mi disertación:
Fue Wright Mills, desde la sociología, quien más énfasis puso del papel del individuo dentro de la sociedad. Este sociólogo americano, postuló que para ir formándonos con una mentalidad sociológica, además de analizar la estructura social y su contexto socio-histórico, deberíamos también interesarnos sobre los tipos de hombres que prevalecen en esa sociedad que nos interesa analizar.
Esta postura no es nueva dentro de la sociología, pues pertenece a una vieja tradición espiritualista, cuna de las teorías del sujeto, desde Mead hasta Goffman que con la entrada de la posmodernidad han encontrado su mejor espacio de reflexión y acción, pues antes que la estructura está el individuo, antes que el sistema está la persona, antes que cambiar el mundo hay que cambiar al hombre, y ni siquiera cambiarlo, pues lo mejor es respetarlo y aceptarlo tal como es.
Toda esta reflexión casi teórica, me sirve de marco para referirme a Julio Fuentes, nuestro homenajeado hoy, en el marco de los 53 años que cumplimos como Escuela Profesional en la UNSA. Tratándose de un homenaje, nada mejor que las enseñanzas de Mills para, justamente, interesarse y saber por qué la Escuela decidió dedicar esta celebración a Julio Fuentes nacido el 7 de enero de 1943, en Arequipa, pero de padres yureños de cepa, como él dice: José Emilio Fuentes y Justa Ninfa Fuentes.
Su vida agustina empezó a mediados de los 70, previo paso por la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar para hacer estudios secundarios, muy a su pesar, pues siempre quiso pertenecer al Colegio Independencia Americana, deseo que fue frustrado por una caprichosa disposición del dictador Manuel A. Odría. Quizá allí nació en Julio Fuentes, el odio a todo lo que significaba autoritarismo y corrupción y que lo condujo a interesarse por las ideas marxistas para luego recalar, como era obvio en ese entonces, en el Partido Comunista Peruano Unidad, organización política clave para entender los grandes procesos socio-políticos que vivió nuestro país, especialmente aquella referida al proceso seudo revolucionario y socializante de Velasco Alvarado que trajo, a la vez, el derrumbe del Estado oligárquico y que luego, tras su fracaso y el retorno de los resabios oligárquicos, anidó la demencial aventura senderista. Es decir, políticamente, Julio Fuentes ha tenido un escenario riquísimo de actuación y protagonismo, pues hasta hoy, pese al derrumbe del marxismo y todas sus expresiones partidarias convertidas en una constelación innumerable, Julio sigue fiel a su organización, la única y auténtica, según él.
A principios de los 80 empezó una nueva etapa agustina, pero esta vez ya como profesional, primero como Jefe de Prácticas a Tiempo Parcial. A mitad de los 80, ya era profesor auxiliar e inaugura los años 90 siendo Asociado, para luego pasar a la condición de Principal que hasta hoy ostenta. En todo ese tiempo, ha jefaturado varios cargos, tanto en la Universidad como en la Escuela de Sociología: ha sido delegado de profesores principales, director de Escuela, director del Instituto de Seguridad Ciudadana, entre otros.
Pero los que abrazamos realmente la vida universitaria sabemos que los cargos son lo menos importante, pues vemos que éstos mayormente se hurtan o negocian y terminan usualmente en el olvido o en los pasillos del Poder Judicial. Los que amamos la vida universitaria sabemos que estamos aquí para crear conocimiento o por lo menos intentarlo. Y eso es lo que más rescato de Julio Fuentes, pues su carrera académica en San Agustín se centró en dos grandes líneas temáticas: la sociología urbana y la metodología de la investigación que generó una amplia obra como Metodología cualitativa, Propedéutica de las Ciencias Sociales, Apuntes de sociología Urbana, Parrilladas, polladas y conciertos en la esquina del barrio, Seguridad Ciudadana y un largo etc.
De ese abanico de títulos, las que más me han interesado son aquellas que se alejan del Julio Fuentes estructuralista o metodólogo. Es más, creo que son esas especialidades las que le han creado la imagen de un profesor áspero, ya que abocarse a dictar cursos como metodología de la investigación, cuyo objetivo es enseñar a los alumnos a pensar sistemática y lógicamente, se convierte en una tarea titánica cuando tenemos al frente a un estudiantado que mayoritariamente ha hecho de la procastinación todo un estilo de vida.
Decía que, particularmente, la obra intelectual de Julio Fuentes que más me atrae es aquella que se distancia del enfoque estructuralista y que se sumerge en lo cotidiano, en lo subjetivo. De esa hornada, rescato su interés por analizar la vida de los barrios y de los distritos, en especial la de su querida Yura, donde semanalmente nos invita a degustar los chicharrones, pero que nunca llega a concretarse. Justamente, sobre Yura tiene un trabajo cuyo título, Romance para un reino que fenece, nos acerca a una visión poética y melancólica de un distrito que pareciera vivir su etapa otoñal y agónica con la anuencia de sus autoridades y, principalmente de su nueva población; es decir, los Cutipas, Huayhuacuris, los Llactahuamanis, los Sactasucas, y Huacacunis que han reemplazado a los Benaventes, los Butrónes, Cáceres, Calderónes, Riveras, Salas y Fuentes.
Aunque hay mucho más, lo reseñado hasta aquí es suficiente para explicar porqué Julio Fuentes es un merecido homenajeado en este aniversario de la Escuela Profesional de Sociología: son 35 años dedicados a la Universidad y especialmente entregados a nuestra Escuela. 35 años que la UNSA lo recibió como Julio José Fuentes Fuentes y que hoy lo reconoce, a pedido de él desde el año pasado, como Julio José Percy Fuentes Fuentes.