PRESENTACIÓN DE CUARTO DE HORA

12190983_10207610566333151_8537333956428586685_nAyer la Universidad Nacional de San Agustín fue escenario de la presentación de mi libro Cuarto de Hora que se hizo por partida doble, pues en la mañana el acto se realizó en el Auditorio Mostajo de la Facultad de Ciencias Sociales y en la tarde en el Auditorio de la Facultad de Comunicaciones. Comparto con ustedes lo que dijo Mario Berríos, uno de los comentaristas, en estos actos que me llenaron de alegría y agradecimiento para los organizadores y todos los que asistieron.

«El primer fruto (de la imaginación sociológica) es la idea de que el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias» Charles Wright Mills (La imaginación sociológica, 1970)

Hace 6 años, la Universidad Católica de Santa María presentaba la primera edición del libro Cuarto de hora, ensayos de cultura, comunicación y política del Perú contemporáneo. Documento que reunía años de trabajo de José Luis Vargas Gutiérrez. Recuerdo que en esa ocasión la presentación estuvo a cargo del entonces rector santamariano, Julio Paredes Núñez y contó con un nutrido número de asistentes, entre los que estábamos algunos estudiantes y creo, ningún profesor de nuestra escuela.

Seis años después, las cosas parecen no haber cambiado. Ya no es otra universidad la que edita un libro de uno de nuestros profesores; sino que una editorial externa (Texao editores, encabezada por Carlos Rivera) es quien asume la tarea de difundir lo que los académicos producimos.

Lo cierto es que nuestra universidad carece de dos elementos que hoy en día, época de la segunda modernidad, en términos de Beck, son indispensables en toda institución universitaria y que nuestro autor siempre ha reclamado: una verdadera comunidad universitaria, entendida como la presencia permanente de espacios de intercambio de ideas, charlas informales, cafés académicos, conversatorios, presentaciones de avances de investigaciones, presentaciones de libros, etc., que ayuden a afinar ideas, precisar conceptos y mejorar metodologías.

Otra de las grandes ausencias que tenemos es una política editorial seria que edite y publique las investigaciones y obras de nuestra comunidad universitaria (docentes y alumnos). Pero, y ahí viene la gran disyuntiva: ¿cómo publicamos algo si no hay comunidad ni vida universitaria? ¿Qué frutos, de esos que reclamaba Mills, estamos produciendo o dejando de producir?

En ese contexto es necesario entender esta obra, porque como bien señala el autor, estos ensayos son producto de “invitaciones a exponer en congresos o seminarios, nacionales e internacionales, el reto de presentar libros de autores diversos, y también ensayos por encargo”. Es por ello que José Luis no se queda en la simple crítica por la falta de comunidad universitaria, sino que, consciente o inconscientemente, la ha impulsado con gran ahínco.

El libro Cuarto de hora…viene a cubrir ese espacio olvidado. No voy a hablar de cada uno de los ensayos, pero desde ya la invitación, casi obligatoria, a que los lean.

Mencionada obra reúne un conjunto de textos indispensables para poder entender dos aspectos fundamentales del imaginario del autor: por un lado, podemos acercarnos a los intereses académicos e intelectuales que han orientado el accionar profesional y académico de José Luis: la cultura, la comunicación y la política; éstos son motivo de reflexión del autor desde hace muchos años y con gran maestría han sido seleccionados para formar parte de este documento.

No creo necesario mencionar lo siguiente, ya que todos conocemos las cualidades académicas del autor, pero todos los ensayos poseen una claridad que muchas veces nos hace falta en las ciencias sociales. Si bien es cierto, parafraseando a Fréderic Lordon, no podemos sacrificar uno de los temas en provecho de los otros, sino más bien debemos tener los tres en cuenta juntos para tener una panorámica completa de la realidad; considero que el tópico mejor desarrollado por José Luis es el de la cultura. En éste acápite se presenta lo más rico de los ensayos, tanto en calidad como en cantidad (11 ensayos, en comparación con los 6 en comunicación y los 7 en política).

Otro tema importante es la utilidad del libro. La lectura de este conjunto de ensayos nos aproxima al entendimiento de la realidad contemporánea regional y nacional y debe ser de lectura obligatoria para poder entender el devenir cultural, social y político actual.

La abundancia referencias bibliográficas no hacen más que consolidar el compromiso académico e intelectual del autor con sus pares, muchos de ellos con quienes compartió y pudo nutrirse aún más en su conocimiento sociológico: Jaime Cano, Gonzalo Portocarrero, Víctor Vich, Henry Pease,  etc.

Haciendo uso del agudo análisis sociológico que lo caracteriza, José Luis no solo realiza una descripción de los diversos fenómenos sociales que le han tocado vivir y estudiar; sino que realiza un ejercicio de prospectiva de la realidad, planteando de esta forma, escenarios futuros de nuestra región y país.Siguiendo lo planteado por Mills, José Luis une, de manera exitosa, la biografía (su vida, sus intereses) con la historia (el contexto social, económico, político y cultural) particular que le tocó vivir.

De esta manera, el autor hace uso de su imaginación sociológica para poder desentrañar y explicar académicamente hechos tan cotidianos como un programa de televisión, una película o un programa de radio. Hace uso de lo que yo llamo la espada del augurio (léase imaginación sociológica) que lo hace ver “más allá de lo evidente”.Parafraseando a Mills, esa “es su tarea y su promesa”. En ese sentido, Cuarto de hora marca un referente en la reflexión sociológica desde Arequipa.

Finalmente, espero que el impulso de José Luis sea cada vez mayor y que tenga eco en otras instancias, para que el tan mentado mundo académico y la producción intelectual, dejen de ser categorías zombies, como mencionan Beck y Gernsheim: es decir, siguen estando vivos en boca de muchos “académicos”; pero que en la realidad están muertos porque no hacen nada por ponerlos en práctica.

Mario Gustavo Berrios Espezúa

Arequipa, 29 de octubre de 2015

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