Llegó la victimización de Tía María

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A pesar de la risible convocatoria y movilización que hoy protagonizaron los organizadores del paro regional contra el proyecto minero de Tía María, y que prácticamente no paralizó nada, igual ha sido un éxito porque han logrado lo que en realidad perseguían: un fallecido. Esto les permitirá a los dirigentes pasar a la segunda parte del libreto que tardó un mes, justamente porque no había una tragedia. Esa segunda parte es una mayor presión unida a una variable contundente: la victimización.

Ahora los dirigentes tienen todos los argumentos para denunciar al gobierno de asesino, criminal, represor y todos los demás adjetivos que se usan en circunstancias similares. Ahora existe el “héroe popular” que animará más la protesta; ahora puede volver a jugarse con la carta de la victimización: el poderoso capital coludido con un gobierno traidor versus una necesitada población que sólo lucha por el verdor de su valle.

A la vez, los políticos, especialmente los congresistas locales, ahora sí tienen la excusa para venir  y reclamar “profundas investigaciones y sanciones” a los responsables de dicha muerte. Ahora sí viajarán a la zona y buscarán a los familiares de la víctima ofreciéndoles desde el entierro hasta los abogados para que enjuicien al gobierno. Así estos políticos se “reencontrarán” con el pueblo recordándoles que voten por ellos el próximo año.

Así es como funciona este libreto. Obviamente ya sabemos el final, pues ya se reunió todo los elementos para que el proyecto minero nuevamente se postergue (la empresa ya anunció que no tiene urgencia en ponerlo en marcha), traduciéndose esto en un nuevo triunfo popular y una nueva derrota del gobierno.

El problema de ese resultado es que, políticamente, se complica más la situación del premier Cateriano que a menos de un mes ya no luce flamante sino chamuscado, pues la oposición puede argumentar que no sólo se perdió un nuevo proyecto minero (que para la alicaída economía actual es fatal), sino que además ya carga con un muerto. Esa misma carga la tendrá la gobernadora regional, debilitando muy tempranamente su gestión, mientras que los antisistémicos alcaldes de Islay se refuerzan con perspectivas de asumir el liderazgo regional.

Como vemos, el resultado final   de Tía María traerá cola local y nacional. Como vemos, un muerto motiva la pena en algunos, pero también la frotada de manos en otros.

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