La otra elección

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Culminadas las elecciones regionales con los resultados que un tercio de Arequipa festeja, otro lamenta y un último tercio blasfema, sería bueno que la ciudadanía arequipeña se concentre en el otro proceso electoral que ya debiera realizarse, pero que por triquiñuelas no se concreta; un proceso electoral que tiene que ver con algo mucho más importante que la elección regional. Me refiero a las elecciones de autoridades en la Universidad Nacional de San Agustín. ¿No fueron éstas en abril, eligiendo a la triada encabezada por Víctor Hugo Linares Huaco? Sí, pero la nueva ley universitaria obliga a una nueva elección.

Ya se vencieron los plazos para la elaboración del nuevo estatuto universitario que, recordémoslo, no han sido de agrado de las autoridades puesto quela conformación de la Asamblea  Estatutaria no fue mayoritariamente de su agrupación, aquella que maneja la universidad agustina hace una treintena de años y la directamente responsable que esta universidad se halla sumido en el más absoluto descrédito.

 El plazo para la elaboración del nuevo reglamento estatutario, ajustado a la nueva ley universitaria, ya se cumplió y ésta tiene que complementarse con la convocatoria y elección de las nuevas autoridades, en todos los niveles; es decir, desde el rectorado hasta los directores de Escuelas Profesionales; sin embargo, nuevamente aquellos que no quieren perder las gollerías del poder están poniendo trabas para que el proceso continúe y así poder contar con nuevas autoridades que, sumado a un nuevo estatuto y ley, pueda hacernos soñar que San Agustín recupere los bríos que antes tuvo.

 Para que esto suceda; es decir, para que los sempiternos trapaceros no sigan haciendo de las suyas, la comunidad agustina, en especial su estudiantado, debiera ser la primera en interesarse para que el proceso culmine y así empezar el próximo año académico con cierta luz esperanzadora. Si a ese interés se le suma el de la comunidad arequipeña, la fuerza sería mucho mayor para que San Agustín sea realmente la institución formadora del capital humano que demanda hoy las necesidades de la región. Desde ese punto de vista, el futuro inmediato de esta Universidad, en relación al juego de poder que allí se viene realizando, es importantísimo porque no sólo tiene que ver con su prestigio o supervivencia, en el marco de una nueva ley, sino con el de transformarse en un auténtico centro productor de ciencia, tecnología y promoción social.

 El fin de año, los angustiosos exámenes finales, las fiestas propias de esta fecha, etc. confabulan para que las autoridades que se niegan a dejar el poder, se froten las manos, pero confiemos que con el arma de una nueva ley, pero fundamentalmente con los deseos de cambio existente en todos sus estamentos, San Agustín inicie el proceso transformador interno que Arequipa le exige.

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