Ismodes, entre la culpa y la arrogancia
Hace mal Javier Ismódes replicando la conducta que tuvo Yamila Osorio, su actual contrincante al Gobierno Regional en la fase final de la primera vuelta: rechazar los debates y mirar al techo frente a una serie de acusaciones que ha empezado a aparecer que cuestionan su transparencia y probidad. Dicha actitud solo puede entenderse por dos razones: o está sintiendo el empoderamiento con toques de vanidad del que se sabe ganador, o ha optado por el silencio del que se sabe desenmascarado y es mejor actuar con el silencio para no levantar el polvo que puede volverse asfixiante.
Varias veces hemos señalado que esta fatigada segunda vuelta electoral, sólo podía levantar vuelo y, de paso, reanimar electoralmente a la población si es que los candidatos eran los primeros en mostrar ese ánimo; es decir, había que contagiar al elector a través de una estrategia electoral dirigida a su parte emocional. Una de las fórmulas usadas para ese fin es la concreción de toda una propuesta en una frase o idea que pegue o sensibilice al elector. Ninguno de los candidatos lo ha hecho, por eso vemos que el desánimo crece, expresándose en ese tercio que votaría en blanco o viciado y que cada día se moviliza más animosamente en calles, plazas y pistas de nuestra ciudad.
Esta fatigosa segunda vuelta también podría levantar vuelo e interesar a la población a través de las llamadas guerras sucias; es decir, escarbar en las cochinaditas que todos tenemos, pero que en nuestros políticos se potencian a grados de escándalos y llamadas al linchamiento moral. Parece que nuestros candidatos y sus respectivos equipos de campaña, han optado por esta segunda alternativa, por eso es que ha empezado a aparecer una serie de titulares acusándose de una serie de indecencias en las que Ismodes termina más involucrado y vapuleado.
El que calla otorga, dice una sentencia popular y pareciera que eso es lo que el candidato de Arequipa Renace ha decidido hacer, tal vez porque ya se siente ganador (como hasta el día de hoy lo dicen las encuestas), o porqué desmentirlos a estas alturas genera más suspicacias que aclaraciones. Nosotros creemos que, corriendo el riesgo que aumente lo primero (las suspicacias) se atreva a lo segundo (la aclaración). Habilidades no le faltan a Ismodes para salir al frente de este nubarrón, el asunto es qué estrategia usar para salir airoso de la misma. Ojalá que lo esté discutiendo con su equipo y actúe rápido desoyendo a aquellos que ya le calientan los oídos con piropos y grandilocuencias.
A pesar de lo optimista que pueden ser las encuestas, fungir ya como ganador rechazando los debates y esconderse de las imputaciones, le pueden terminar pasando la factura al candidato del arbolito. Sabedores que este aspirante a la Presidencia Regional es seguidor de los dichos familiares y populares, sería bueno que recuerde aquello que en la puerta del horno puede quemarse el pan.