El espanto de Puno
Si hay algo que me llamó la atención en Puno, luego de estar por allá este fin de semana, es ver el rostro aterrorizado del auditorio que asistió a mis coloquios, por el posible triunfo de Walter Aduviri Calizaya a la Presidencia de la Región Altiplánica. En ese momento no comprendí tanto espanto, pero luego me informaron a detalle de quién se trata este personaje que hoy seduce al electorado puneño con un discurso antisistémico.
Aduviri ya tiene pasado político, pues encabezó el llamado “Aimarazo”, movimiento social que en el 2011 enarboló la agenda antiminera en Puno logrando suspender el proyecto Santa Ana de Beer Creek. Luego estuvo de subgerente de Recursos Humanos en un distrito tacneño cuyo alcalde, Gerardo Marón, también tiene una posición antiminera. Ahora, en el actual proceso electoral, Aduviri con el “Movimiento Regional Democracia Directa”, viene prometiendo que nacionalizará todos los proyectos mineros de la Región, elegirá con voto directo a los funcionarios del Estado incluido jueces y fiscales y disolverá las instituciones como la Aduana y Sunat, puesto que “son enemigos del contrabando y la informalidad, actividades que debieran legalizarse”.
El caso de Aduviri se suma a la de otros candidatos antisistémicos como es el caso de Junín, Apurímac, Huancavélica, Cajamarca, Moquegua y Cusco, todos ellos portadores de un incendiario discurso “nacionalista y patriótico”; pero a la vez, todos ellos atravesados por otro elemento común: contar con procesos judiciales que los conduciría de frente a la cárcel. Es decir, usar la política como un pretexto para sortear a la justicia.
En nuestro caso, el arequipeño, el candidato que más se asemeja los arriba descritos es Esteban Valdez, un invasor y usurpador de terrenos, y también con varios juicios pendientes, que ahora enarbola como bandera de campaña: “entregar 30,000 terrenos a los más pobres”. Por suerte, en nuestro caso, Valdez no lidera ninguna preferencia electoral, pero es igual de sintomático que cada vez que hay elecciones se haga presente ese tercio radical existente en nuestro país debido, entre otras razones, a un vacío representativo regional por parte de los partidos políticos que es llenado por estos aventureros independentistas que con un discurso radicalmente racista, popular y antisistémico pretender hacerse del poder.
Teniendo en cuenta el escenario de nuestro vecindario, malos años le vienen a nuestra Región, pues a quien le toque sentarse en el sillón regional, tendrá que lidiar, también, con estos personajes que de hecho se opondrán a los megaproyectos que están en marcha o por iniciarse en Arequipa. Y el panorama pinta peor, si tenemos en cuenta que se viene el proceso electoral nacional que incentivará la presencia de ese tercio políticamente radical.