Zegarradas compartidas

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Nuevamente la opinión pública local es agitada por un informe de un canal televisivo limeño. En esta oportunidad, el caso es la supuesta defraudación  por la construcción de un parque temático en el distrito de Yura. Raudos, los medios locales han enfilado sus dedos acusadores al alcalde provincial, y éste ha dado explicaciones que en lugar de salvar la situación la ha enlodado más.

La construcción del parque temático de Yura, llamado “yurásico” en alusión al periodo en que la tierra era habitado por los dinosaurios, es una muestra más de lo mal que se usan los recursos del Estado (nuestro dinero), en obras que ayudan poco o nada a solucionar los problemas urgentes de la población y que están ligados a mejorar sus condiciones de vida. Nuestro país está plagado de esos proyectos que, por otro lado, esconden los festines que se hace con los recursos públicos.

 Sin embargo, me parece injusto que toda la responsabilidad se le achaque el burgomaestre provincial, pues hay que recordar que para poner en marcha dichos proyectos existe todo un sistema que los viabiliza, entre ellos el Sistema Nacional de Inversión Pública (Snip) que para muchas autoridades ediles y regionales es el candado o la causa principal de sus frustraciones. Es decir, el Snip es un sistema riguroso monitoreado por el Ministerio de Economía y Finanzas que evalúa, redefine,  aprueba o desaprueba los proyectos presentados por las diversas instancias de gobierno de nuestro país.  Luego de su aprobación, el proyecto es devuelto a la entidad proponente y ésta es la que finalmente le da la luz verde.

 De manera resumida, así funciona el proceso. Eso significa que el Parque Yurásico, que es ahora el motivo del cargamontón al alcalde provincial, fue ideado y propuesto, primero, por el alcalde yureño Javier Fuentes, quien a la vez debió hacerlo previa consulta con su población a través del Presupuesto Participativo; es decir, el conjunto de asociaciones del distrito que anualmente discuten el mejor destino que debe dársele al presupuesto público que se le asigna a cada nivel del gobierno. Sabemos que dada el monto de la obra, el alcalde yureño lo trasladó al Consejo Provincial que acogió la propuesta y la tramitó al MEF para su debida evaluación, a través del engorroso trámite del Snip. Esta la aprobó y es el Consejo Provincial de Arequipa, en pleno, quien le dió luz verde y así es como ese proyecto, que hoy se le califica de mamarrachento e inútil, como otras obras de la actual gestión provincial,  se puso en marcha.

 Eso significa que si hay que responsabilizar del mal manejo que se hacen de nuestros recursos, no sólo hay que poner la mira en el burgomaestre provincial, sino a todo su equipo edil. ¿Quiénes son? pues se trata de  Roberto Rosado Linares, Heber Diomedes Cueva Escobedo, Candy Paola Carpio Pérez, Mario Nemesio Melo Villalva,  Lilia Jeanne Pauca Vela, Joel Alexander Quiroz Álvarez, Cascely Williams Calizaya Mamani, Jimmy Renzo Ojeda Arnica, Ricardo Enrique Grundy López, María Isabel Huanacuni Layme, Fredy Fernando Cahui Calizaya, Jaime Christian Talavera Apaza, Manuel Willy Jano Huallpa y Jorge Fausto Sumari Buendía. A este ramillete hay que sumarle al equipo evaluador del MEF y al alcalde de Yura, Javier Fuentes.

 Es bueno saber a quiénes nos referimos y retenerlos en la memoria, pues varios de ellos pretenden seguir manejando los destinos de la región.  Es decir, las “zagarradas” no son atribución  de una sola persona, parece que es una plaga que ha infectado no sólo  a políticos sino también a instituciones que rebasan los fueros locales.

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