El próximo zafarrancho electoral

Acabo de ver el tan esperado debate por la revocatoria, huachafamente llamado “Exposición de motivos”, y no puedo dejar de sentir vergüenza ajena, no sólo por la deplorable mediocridad que desvergonzadamente exhibe nuestra política, sino también por el nivel cantinflesco en la que se ha sumido, con la complacencia de toda la clase política y en especial de los máximos organismos que, supuestamente, velan por la decencia mínima que debiera tener la política nacional.

Como lo hemos visto, los propulsores del SI para que la alcaldesa limeña deje el sillón municipal de Lima, sencillamente decidieron no ir o abandonar el debate, mientras que los defensores para que Susana se quede, se sumían en un monólogo de grillos, con silencios alternados “en respeto a los minutos que les toca a los del SI”; es decir, el papelón total, no sólo de los revocadores, no sólo de los prosusanistas, sino también del organismo electoral, en este caso del Jurado Nacional de Elecciones que permitió está falta de respeto al país que esperaba con expectativa este debate.

Como se ha venido señalando, esta es una perla más que corrobora el nivel de emputecimiento que ha alcanzado nuestra política; es decir, la política digitada por meros cálculos electorales, atravesada por el rencor o la mala leche; sin ideas, y mucho menos sin argumentos, siendo lo peor que detrás de todo esto no hay organizaciones políticas, sino personajillos, todos ellos impresentables.

Lamentablemente, este no es nada nuevo, pues basta dar una simple mirada al pasado reciente de nuestra historia política y comprobaremos que ésta ha estado atravesada por  personajillos similares.

Conclusión: el frustrado debate de hoy, o la vergonzosa pantomima que realmente fue, sólo nos permite predecir que la votación que tendrán los limeños el domingo próximo, será un desmadre total, pues tal como se diseñó el proceso, tal como se hizo la campaña que no termina de aclarar qué es el Sí y qué es el No, y tal como se le presentará al elector la planilla donde tiene que marcar cuarenta veces; todo, eso no hace más que sospechar que se viene un zafarrancho electoral que complicará el panorama político, no  sólo a los limeños, sino también al país.