La gran cocina mestiza de Arequipa II

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Intencionalmente esperé hasta agosto, mes jubilar de Arequipa, y de paso saludar a mi ciudad, para comentar la segunda edición de La gran cocina mestiza de Arequipa, obra capital de Alonso Ruiz Rosas, que fuera presentada en marzo. Hace un poco más de tres años que se presentó la primera edición y hay que reconocer que esta, la segunda, está más rica y sabrosa.

Como lo señala el propio Alonso en el prólogo de esta nueva edición, el libro ha ganado en cantidad, pero creo que también lo ha hecho en calidad y sabrosura, ya que podremos encontrar ciento y tantas páginas más de lectura y paladeo. Un añadido, por ejemplo, es lo que Alonso ha titulado Transformaciones y resurgimiento de la picantería donde el autor analiza la desaparición, pero también renovación de la picantería desde la segunda mitad del siglo pasado, no sólo aquí, en Arequipa, sino también su migración a Lima.

Si eso encontramos en la parte reflexiva o de investigación, obviamente ilustrada con más fotos, acuarelas y óleos, en el recetario también hallamos más platos donde destacan recetas inimaginables de ajíes, arroces, estofados, postres, etc. lo cual no hace más que confirmar que Arequipa tendría una gastronomía de las más abundantes y ricas del Perú.

Pero los que conocemos a Alonso, sabemos que su espíritu no está limitado por los libros, versos y sazones, sino que es un huracán de ideas generando apegos u odios de los que lo siguen o escuchan. Cuando hace tres años presentó la primera edición de La gran cocina mestiza de Arequipa, en los altos del Municipio Provincial, Alonso nos lanzó la idea de crear El día nacional de la chicha, puesto que éste es uno de los elementos más identitarios de la cultura peruana y arequipeña en particular. En esa ocasión, Juan Manuel Guillén y Simón Balbuena, nuestras autoridades, acogieron la idea y prometieron su materialización. Demás está decir que nada se hizo. Cuando en marzo de este año, Alonso presentó la segunda edición del libro, lanzó otra idea: la creación de la Sociedad de Picanteros de Arequipa. Esa noche también llovieron las promesas de nuestras autoridades para su materialización, pero, igual, poco o nada se ha hecho hasta el momento. Para que eso se logre, creo que el propio Alonso tiene que tomar la batuta.

En resumen, ya que estamos en el mes jubilar de Arequipa, aquellos que amamos nuestra tierra y, de paso, valoramos su cocina, lo podemos demostrar leyendo o releyendo este libro que al enriquecernos sociológica, antropológica e históricamente, nos ayuda también a engrandecer nuestra identidad, elementos claves para querer y respetar más nuestra tierra, los mismos elementos que debieran ser conocidos por algunas de nuestra autoridades, especialmente la provincial, para que sepan qué significa ser administrador de una ciudad como Arequipa.

Puntuación: 4.2 / Votos: 5

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