Así como se hacen proyecciones más seguras de quién será el ganador, o ganadores, en una contienda electoral cuando ésta ingresa al último tramo electoral, así también ya pueden hacerse las proyecciones de quiénes serán los que ocupen las seis curules que le corresponden a nuestra departamentalizada región de Arequipa. Según los analistas, y me refiero específicamente, a Aldo Mariátegui, nuestros futuros “padres de la patria” serían J.C. Eguren (PPK), los humalistas Ana Solórzano y Justiniano Apaza, la solidaria Maribel Ramírez (Solidaridad) y el aprista Daniel Vera Ballón. Como pueden ver, sólo hay cinco, falta uno, yo me atrevería a pronosticar que el puesto faltante lo ocuparía Marco Falconí.
De ser así; es decir, de cumplirse esta proyección, poco o nada habríamos avanzado en mejorar nuestra representación parlamentaria, pues como sabemos, en ese sexteto hay personajillos que en nada garantizan una mejoría, sino todo lo contrario. Me refiero específicamente a Ana Solórzano, una perfecta desconocida, incluso para la propia agrupación humalista, que saltó a la fama hace poco cuando un medio local informó su vinculación con el negocio de la prostitución. Junto a ella, por ser de la misma agrupación, encontramos a Justiniano Apaza, un desempolvado cavernario izquierdoso que iría al Congreso a hacer demagogia pura, con el pretexto de “salvaguardar los intereses populares”.
Por el lado de Solidaridad Nacional, encontramos a Maribel Ramírez, otra limeña desconocida que ni siquiera puede votar aquí sino en la capital y cuya única gracia es ostentar varios títulos universitarios expedidos por esa fábrica tipográfica de estudios superiores que lleva el estrambótico nombre de Alas Peruanas. ¿Y porqué los títulos son de esa fábrica?, pues, porque es de propiedad de su papá, un ex militar y habilidoso empresario que ha hecho de esa fábrica un súper negocio haciendo lobbies con parlamentarios y altos funcionarios del gobierno.
Aunque parezca increíble, Daniel Vera alcanzaría una curul, solamente porque el APRA lograría superar el 5%. Hasta allí hay cuatro posibles parlamentarios arequipeños que sólo me producen escozor e indignación. Los otros dos que quedan, Eguren y Falconí (qué pena que Rondón se quede en la puerta del horno), creo que no están en el nivel de indecencia de los anteriores. Eguren es, quizá, el único parlamentario de los que se van, que hizo un trabajo respetable y Falconí, ya lo he dicho, por lo menos garantiza que no irá al Congreso “por Dios y por la plata”. En resumen, la que fuera la capital de juridicidad, otra vez se equivocó al elegir a sus parlamentarios. Una pena.