Contracorriente

En un bello, pequeño y religioso paraje costeño, un respetado pescador espera el nacimiento de su primer hijo. A la vez, y en secreto, sostiene un romance con un foráneo fotógrafo y pintor. La vida de ambos, principalmente del pescador y su conservadora esposa, transcurre pasivamente hasta que (pueblo chico, infierno grande) se descubre el triángulo.

Esta es la historia de la galardonada Contracorreinte, opera prima de Javier Fuentes León que viene conquistando premios a doquier por donde se proyecte, y que nos hace pensar que el cine peruano sigue con buen pié, luego del camino que le abriera La teta asustada.

Es cierto que la historia no es original, puesto que inmediatamente la cinta nos recuerda a la también galardonada Secretos de la Montaña de Ang Lee, o la también clásica Doña Flor y sus dos maridos, basada en la genial novela de Jorge Amado. Sin embargo, esta cinta peruana tiene elementos que la hacen original y, de hecho, un nuevo clásico e incluso fenómeno, en nuestro aún naciente cine nacional. Uno de esos elementos es el lugar, un hermoso paraje costero, cuyas playas son embrujantes con una población tradicional que se convierte en uno de los grandes protagonistas de la película.

Pero lo realmente novedoso y, por tanto, con perspectivas a convertirse en un fenómeno sociológico, es que por primera vez nuestro cine, sale del molde tradicional de presentar lo gay con estereótipos homofóbicos para presentarnos este tema entre hombres que, ante la sociedad, son normales, cuyas apariencias y gestualidad se liga a lo femenino. Es decir, por primera vez, el cine nacional presenta el tema homosexual desde el ángulo que más suele dolerle a la sociedad: la homosexualidad entre gente común. Recomendación urgente: salga a verla ya porque de seguro no dura más de una semana.

Puntuación: 5.00 / Votos: 1

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