El futuro inmediato de Guillén
Así ocurrió cuando se trató de la postulación al municipio provincial, así fue cuando se trató de las elecciones al gobierno regional, así también es ahora: siempre dijo que no iría, que no deseaba los cargos políticos, que era hora de dar oportunidad a otras personas, pero al último momento, allí estaba, metiendo la cabeza, anunciando su candidatura y descolocando a todos los que alguna vez creyeron que efectivamente no iría, que se iba a administrar alguna desactualizada biblioteca agustina, como también siempre anunció que era su verdadero deseo.
Ahora también ocurre lo mismo en el actual proceso electoral, ha anunciado que no se reelegirá y que no tiene ninguna intención política; sin embargo, sus secretarios negocian con el humalismo para ver cómo se colocan en las próximas elecciones. De ser así, triste sería el final de Juan Manuel, pues de ser tentado por personajes de incuestionable talante intelectual y democrático como Pérez de Cuéllar, Mario Vargas Llosa o Jorge Santistevan, perfil que le gusta proyectar a la comunidad, pero a los que sistemáticamente ha rechazado, y caer rendido por el humalismo, significaría simplemente que Guillén perdió la decencia política, más no el olfato. Es decir, aliándose al humalismo, el actual presidente regional garantizaría su carrera política, ya sea en Lima o aquí en Arequipa, pero perdería ese aire libertario e independiente, con la cuota de intelectualidad que le ha gustado proyectar y que le ha valido cierto reconocimiento nacional.
La verdad es que no me imagino a Juan Manuel conversando con Humala dentro de una alianza electoral. No me imagino soportando las carajeadas de este militar alucinado que basa su propuesta política en argumentos racistas y trasnochados. No veo a Juan Manuel tratando de manejar al ejército de pilluelos que se encaraman con el humalismo, pues él, definitivamente, se siente cómodo controlando a su entorno que es íntimo y público a la vez; es decir, los ocharanes, los ludeñas, valdivias, etc. equipo que ha mantenido todos estos años, a quienes conoce de cerca y que es su base de confianza. Sumar a ese equipo, humalistas con apetitos insaciables de poder, mediocres y encima corruptos, solo garantiza que Juan Manuel termine devorado por ellos.
Pero parece que así será, o por lo menos allí es donde quieren conducirlo sus negociadores y su entorno más inmediato, ya que todo indica que de lo que se trata es seguir gozando del poder, aunque sea sacrificando a la cabeza de la organización.