PP Ccopa en debate
La sociología como ciencia? o el violento oficio de pensar distinto.-Decir que la sociología no es una ciencia en los términos de M. Bunge, no creí que iba a armar un revuelo de magnitud en el Congreso Nacional de Sociología en Huánuco, hasta utilizarse como argumento descalificador a quien lo dijo. Esto ha transcendido el ámbito de dicho Congreso, instalándose posteriormente en casi todas las escuelas profesionales de sociología, y la discusión se ha echado a andar. Me alegra que ello haya sucedido pues, nos ayuda a mirarnos en el espejo, y repensar qué es la sociología hoy, qué somos los sociólogos, hacia dónde marchamos, y sobre todo cómo se esta enseñando la profesión en las aulas universitarias del país.
A.- Si hay algo que diferencia a la sociología de las ciencias puras u otras disciplinas similares, es la de ser una disciplina siempre emergente, en permanente construcción de si misma, tratando de crear su perfil propio de manera permanente. Siempre inacabada, y creo que por largo tiempo será así. Recordemos que la sociología nace con la modernidad y con los presupuestos propios de ella. Nace fascinada por los logros de las ciencias naturales y quiere ser emula de ellas. En sus orígenes la Sociología, a imitación de las ciencias naturales, trata de aplicar métodos científicos al estudio de la conducta humana. Comte y Spencer expresan ese anhelo cientificista, que es el primer paso en la búsqueda de su identidad, al que le seguirán muchos otros posteriormente. Spencer, sobre todo, llega hacer una analogía entre la biología y la sociología, señalando la semejanza entre ambas (son organismos) y proponiendo un método único: el de la ciencia, y por eso dice que la sociología es ciencia. De eso muchos años, pero para los sociólogos cientificistas parece que el tiempo se hubiera detenido ahí. Parece que no fuera un hecho que la ciencia es una creación histórica, y que su evolución ha estado acompañado de intercalaciones teóricas, como las desplegadas por Popper, Kunh, Lakatos, entre otros; ofreciéndonos cada cual un argumento particular sobre el tema. El cuestionamiento mas relevante hecho en las ultimas décadas a la ciencia clásica por Prigogine, es a la noción de universo inmóvil y estático, así como la noción matemática de ley causal como la clave de acceso a la verdad ultima de la realidad, de modo que conociendo la ley se puede conocer las proyecciones futuras (recordemos que para Bunge, el conocimiento científico es predictivo). Pero las leyes de la ciencia y la mecánica clásica no pueden ser aplicadas a un ser tan ambiguo e impredecible como el hombre. Y mas aun, en sociedades del Sur, como la nuestra que se caracteriza por una realidad social tan lábil, heterogénea y abigarrada , rico en referencias cualitativas, además de dinámica e inestable como lo es toda sociedad.
No hay lugar para la ley universal y perenne. Lo que supone que no hay equilibrio, que no hay repeticiones reiteradas. Las cosas suceden una vez y no mas. El hecho de mi presentación y el modo en que fue expuesta mis ideas en Huánuco no se pueden repetir más, no se puede reconstruir el escenario, ni los personajes, ni las circunstancias materiales, anímicas y espirituales, nuevamente, tal como se dieron en ese momento. Por eso los hechos de ahí se tornan específicos y depende de procesos irreversibles. En cambio en la ciencia determinista la ley es universal y atemporal.
Esta es una primera observación que contraviene a una de las características/verdades centrales del concepto de ciencia según M. Bunge, y del cual la sociología esta muy alejada.
B.- En las dos ultimas décadas, los procesos de transformación global y del país son de una gran magnitud que se ha pasado a cuestionar la saturación y declive del proyecto moderno, en todos los espacios y dimensiones de la vida social. Hay una profunda crítica contra el reinado absoluto de la razón, cuestionando las verdades y principios inmutables que sostiene a la modernidad. Incluidas las de la ciencia, por supuesto, las de la sociología.
El racionalismo es la vehemente preeminencia de la razón, lo que ocasionó y ocasiona la negación de ciertas evidencias del saber común y otros conocimientos nacidos de la experiencia. Para esta corriente solo la razón es la vía de acceso al conocimiento y la verdad. Este es un viejo debate, que en los albores de la modernidad se inicia entre Descarte y G. Vico, dos gigantes que representan el positivismo y la retorica, respectivamente, que luego se va a expresar en la sociología de G. Simmel, y en el concepto de razón sensible que propone M. Maffesoli. La sociología rompe la separación entre conocimiento científico, y el conocimiento vulgar u ordinario, que hace la ciencia, pues mucho le debe al saber procedente de la vida cotidiana.
El sentido y saber común son importantes para la sociología, incluso sustanciales. Por eso el saber científico y el saber de sentido común forman una unidad, dado que la realidad es una sola. No hay una realidad científica y una realidad cotidiana. Hay algo mas en Prigogine: la urgencia de redireccionar el método de la ciencia, en donde la razón proceda ya no como la medida ni la pauta del conocimiento, sino como un testigo atento al aparecer de los hechos. Donde la razón tiene que estar más que al acecho, a la escucha de lo que sucede en el mundo. Partiendo más de que del ideal, de los datos impuestos por la observación hacia la construcción de la razón.
La realidad es inconmesurable; no puede depender de reglas o juegos solo deductivos e inductivos. La idea de que la sociología no es ciencia en los términos de M. Bunge, brotó en momentos de la presentación de mi libro “Amor y sexo en la ciudad. Imágenes mundanas”, a propósito de la exposición anterior del buen amigo Fuentes de Arequipa, que al puntualizar sobre la utilidad de emplear los relatos de Edgar Allan Poe y Arthur Conan Doyle, en la enseñanza de metodología en sociología, argumentaba que los métodos que utilizaban sus personajes, Auguste Dupin y Sherlock Holmes, en la resolución de asuntos policiales debía utilizarse en la sociología por que sus métodos eran científicos.
Si bien me alegra saber el uso de este tipo de literatura como elemento didáctico en la enseñanza de metodología en sociología, cosa que lo practico con mis estudiantes de la UNFV, me preocupa la orientación dada. Pues las novelas de estos personajes son, por el contrario, una respuesta al excesivo racionalismo y el cientificismo que empezaba a arremeter en la academia y la vida del siglo XIX. La posición de estos dos escritores, es que más allá de la inducción y deducción como forma de razonamiento pregonada por la ciencia clásica, hay otra que escapa de los cánones lógicos de ella. Y donde la verdad contiene elementos adivinatorios, al que Pierce denomina abducción Y esto se lo hice saber al profesor Fuentes en una conversación personal.
La abducción es un proceso inferencial que se caracteriza por su carácter adivinatorio (guessing) en un juego de probabilidades, donde se va acumulando adivinación sobre adivinación. Contrario a la inducción y la deducción, que son procesos inferenciales que se basan en certezas, por lo que no consiguen cosas distintas a los datos que la preceden, en la abducción la conclusión que se alcanza es probabilístico, conjetural (me estoy acordando del libro Conjeturas y refutaciones de otro gran filosofo de la ciencia, Sir Karl Popper), con un grado alto de incertidumbre. Según Pierce , “La Abducción es aquella clase de operación que sugiere un enunciado que no está en modo alguno contenido en los datos de los que procede”.
C.- Conocimiento es interacción entre el objeto cognoscible y el sujeto que conoce. El objetivismo en la ciencia occidental implica la separación entre el sujeto y el objeto, pues según esta concepción este distanciamiento implica ganar objetividad, en tanto se anula al sujeto cognoscente premunido de valores, sentimientos y emociones. Pero el conocimiento implica un roce, una interacción con la realidad y la naturaleza a conocer. Sujeto y objeto son inseparables e irreductible a alguna de las partes, de modo que un movimiento en uno repercute en la otra. Uno esta conectado con el otro. Hay una retroalimentación mutua. La idea de un ente aislado es una abstracción. La idea de la realidad como cosa, externa e independiente del sujeto pierde consistencia. Por el contrario, es la condición del conocimiento. En el roce, en las interacciones se van gestando las explicaciones, las cuales deben ser atrevidas y fieles al mismo tiempo. Eso supone, trascender lo dado. El sujeto no domina ni manipula el dato, sino que se establece una relación entre ambos, de allí surge el saber.
D.- Hacer una revisión ontológica de la realidad social. Quisiera terminar esta primera parte de escrito para formular solo una idea más, que puedo ayudarnos a poner en cuestión la idea habitual que manejamos de la realidad social, y que tiene que ver mucho con el imperio del positivismo y los números en sociología.
Como hemos señalado, la realidad social es unitaria compuesta de dos dimensiones. Una que comprende la realidad fáctica, real, y la otra la realidad simbólica, discursiva. La realidad fáctica, de los hechos sociales, no podría tener sentido sin los elementos simbólicos, ni la dimensión simbólica tener consistencia tangible sin la realidad fáctica. Están recíprocamente concatenados. Pero la sociología cientificista excluye la dimensión simbólica y subjetiva de la realidad y solo toma como objeto de estudio los hechos sociales, aquello que es comprobable, medible, generalizable. Además de registrarla numéricamente, dándole un tratamiento estadístico.
Desde la perspectiva cientificista, el interaccionismo simbólico, la sociología fenomenológica, la etnometodología, la hermenéutica, que se ocupan de esa parte simbólica, discursiva, de la realidad social, no tendría razón de ser en la sociología, puesto que todos ellos ponen énfasis en la interpretación de los significados y sentidos, dentro del cual actúan los sujetos, lejos de los cánones de la ciencia cuantitativa, que parte de lo que ve; y para comprobar su conjetura necesita de la observación y el experimento. Si bien la sociología necesita de la observación, no puede experimentar la realidad social.
Para continuar debatiendo……
La historia de la sociología es una historia conflictiva, de elecciones, apuestas, de redefiniciones permanentes, dependiendo de las épocas y momentos. El hecho menudo y trivial de una frase “La sociología no es una ciencia, en los términos de Bunge”, bien o mal entendida, que ha dado lugar a una discusión inhabitual en la sociología, resulta importante, pues puede expresar la necesidad que tenia nuestra profesión de discutir sobre su carácter.
Cuando se dice que la sociología es ciencia, esto en parte puede ser verdad y en parte no. Ciencia en tanto hay un sistema coherente de hipótesis, de conceptos, de métodos de verificación, lo que adjunta conocimientos a la idea de ciencia, como dice Pierre Bourdieu, pero esto es una sola parte del problema, y visto desde una perspectiva positiva y cuantitativa. Pero la sociología es algo más. La sociología a diferencia de la ciencia pura, no es una ciencia (si se quiere escuchar así) aséptica, objetiva y rigurosa, por eso, siempre es sospechosa de no serlo. En el articulo seguiremos desarrollaremos otras ideas que nos ayude a definir el carácter de nuestra profesión, en estos momentos.