¿Por quién votar?
Me llama mi madre (83 años, recuperándose de una operación, sin ninguna obligación electoral, pero convencida que el domingo 26 tiene que ir a votar, porque para ella, es una manera de sentirse viva y seguir aportando por el país), para hacerme la pregunta de rigor de estos días: ¿por quién votar? A esa interrogante se suman mis hermanas, constatando, in situ, lo que dicen las empresas de opinión pública: a una semana de las votaciones para crear un nuevo Congreso Legislativo, más de la mitad de la población electoral, no sabe a quién endosarle su voto y, lo que es peor, no tiene la mínima intención de hacerlo.