Del Solar y el Sur: Luces, Cámara…Acción
Locuaz, apuesto, jovial, de mundo y siempre presto a los flashes y cámaras; es decir, todo un galán. Esas parecen ser las cualidades que ha privilegiado Martín Vizcarra para elegir a Salvador del Solar y reemplazar al escueto, opaco, provinciano, veterano y gangoso César Villanueva en el puesto de Presidente del Consejo de Ministros, iniciando así una segunda etapa de su gestión con la cual, quiere revertir la caída en las encuestas que empieza a experimentar su gobierno, que el propio mandatario reconoce como natural, pero que, aunque no lo diga, siempre deprime.
Para asegurar la receta, nuestro accidental mandatario le ha sumado otro ingrediente: “la paridad de género”; es decir, más mujeres en el gabinete, con el que pretende ganar a la mitad de la población y, de taquito, sintonizar con el tema dominante en la agenda pública: el acoso. En otras palabras, el gobierno sigue apostando por el marketing político, que, hay que reconocerlo, le viene funcionando y que puede corroborarse en el caso del nuevo premier, pues, hay quienes aplauden fervientemente su designación, al extremo que ya lo ven como el reemplazo natural de Vizcarra, olvidándose de su opaca gestión en la cartera de Cultura y la férrea defensa a PPK cuando empezó a descubrirse su vinculación con Odebrecht.
Pero, todos estos flashes, cámaras y selfies, elementos consustanciales del marketing político actual; ¿servirán para gobernar? Es decir, ¿la indudable pose de galán de nuestro premier, podrá con la actitud chúcara de nuestros gobernadores, en especial con los del sur, Walter Aduviri Calisaya y Elmer Cáceres LLica, de Puno y Arequipa, respectivamente?
Aduviri y Cáceres, tienen dos elementos que los unen: ignoran qué hacer en el Gobierno Regional y son antis; es decir, antimineros, anticapitalistas, antiglobalización, antisistema, y un largo etc. Quizá lo único que los separa y diferencia es que Aduviri, fantasea con ser mandatario nacional; no del Perú, sino de su propia nación, Puno. Por eso, le place que lo llamen el “Evo peruano”; es más, lo primero (y único que ha hecho, acompañado con su homólogo de Moquegua), es empezar a negociar con el presidente boliviano, un tema que es de única competencia del Gobierno Central, como es el caso de los hidrocarburos. Como si fuera poco y en esa línea, el gobernador puneño, ya anunció que hará lo mismo con los gobiernos de Rusia y Reino Unido, para negociar “otras riquezas altiplánicas”.
Mientras el gobernador puneño se va de boca, el arequipeño la cierra totalmente, pues ha declarado que no dirá nada hasta que cumpla los primeros cien días de su mandato. Es decir, en Arequipa, nadie sabe qué hará, qué plan regional tiene, con qué obra iniciará su mandato, etc. Sólo se sabe de él cuando aparecen nuevas denuncias de maltrato o violación, o cuando Aduviri lo describe como alcohólico, informando, de paso, que Cáceres acostumbra presentarse ebrio a las reuniones convocadas por el presidente Vizcarra.
Entonces, mientras los gobernadores sureños se enfrascan en líos personales, o siguen los dictados de sus propias agendas de indudable corte secesionista, sus regiones navegan sin rumbo o tienden a ahogarse en problemas que, indudablemente, tienen efectos nacionales, como la paralización del proyecto minero Tía María, el bloqueo de Las Bambas, el incremento del contrabando y narcotráfico, el repunte de la anemia o el resurgimiento de la pobreza que, en esta zona, empieza a golpear fuerte.
En el sur peruano, estos son los actores y el escenario con los que tendrá que lidiar nuestro flamante Primer Ministro. Ojalá que pueda servirle su fama de actor y director cinematográfico, que abonan a sus cualidades arriba mencionadas, para sortear estos problemas.
En pocos días, específicamente cuando se presente ante el Congreso, con todo su gabinete, exponiendo su plan de acción, sabremos si ha considerado enfrentar estos escenarios y actores, que en todo el país son similares (recordemos que el gobernador de Junín, también se alucina mandatario de Estado). Esperemos que así sea, para, probablemente, sumarnos al entusiasmo de muchos que ya lo ven como el salvador del Perú y, por tanto, futuro mandatario. De no ser así, confirmaremos que Vizcarra eligió a Salvador del Solar como un personaje mediático para, a punta de sondeos, flashes y poses, salvarse a sí mismo de la impopularidad que empieza a cercarlo.