Bodas de Plata
Mi madre estaba por Arequipa esos días pasándola conmigo, y ambos vimos en mi televisor de 5 pulgadas el mensaje que daba al país Alberto Fujimori anunciando que su aún joven gobierno había resuelto disolver el Congreso y, de paso, los demás órganos constitucionales. Salí raudo de mi pequeño apartamento hacia la Plaza de Armas pensando que habría una ola de protesta por la nueva ruptura del orden democrático, pero lo que noté fue desconcierto entremezclado con un ánimo de conformismo y apoyo.