La rebelión de los villanos
Casi un mes de protesta han protagonizado los estudiantes de la emblemática Universidad Nacional Federico Villarreal por un solo motivo: que se aplique la nueva Ley Universitaria para que ese centro de estudios anhele alcanzar, por lo menos, los mínimos niveles de calidad académica que, como muchas universidades públicas, han sido postergadas por las autoridades mafiosas allí enquistadas. Casi un mes y la indiferencia de los medios ha hecho que esa lucha pase desapercibida. Sin embargo, deseo compartir un apunte de Pedro Pablo Ccopa quien desde adentro, nos cuenta el significado de esa protesta y nos alienta a pensar que no todo nuestra juventud universitaria está atravesada por la indiferencia o la fiebre pokemonga que, justamente, los medios, también nos quieren hacer creer.
A los estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal les llamamos villarrealinos; pero ahora ellos se llaman a sí mismos Villanos. Los Villanos se han rebelado. Desde el día 06 de julio se han puesto en pie de luchan. Han tomado por la fuerza todos los locales donde funcionan las 18 Facultades de la universidad, y el lunes 18 de julio tomaron el Rectorado. Todos los alumnos se atrincheraron dentro y fuera de los locales, colocando pancartas de colores, con lemas diversos que nos han servido para conocer el temperamento y los sentimientos que están detrás de sus acciones. Y también para saber por qué se llaman Villanos.
Esto Villanos, a diferencia de los villanos de verdad, piden a sus autoridades el cumplimiento de la nueva Ley Universitaria en todos sus términos, para que su centro de estudios no se vea afectados con multas y pérdida de licencia de funcionamiento. Sus acciones han tenido resultados positivos. Todas las anteriores autoridades de esa casa de estudios, desde el Rector hasta los Decanos de las Facultades, han sido destituidas de sus cargos, porque sus elecciones habían sido hechas fuera del marco de la Ley. Y sus reemplazantes también han sido cuestionados, sin gozar del reconocimiento de Sunedu hasta la fecha. Solo falta lograr la conformación de una nueva Ceuta-UNFV, pues la actual tiene las huellas del anterior Rector, José María Viaña. Esta última batalla es clave: o bien se continúa con las viejas practicas dañinas, o bien se refunda una universidad de nuevo tipo: moderna, democrática y meritocrática.
Pero este movimiento estudiantil no solo se ha propuesto remover a las malas autoridades de la UNFV, sino también limpiar la corrupción atrincherada por décadas en esa casa de estudios. Las consignas que corean en sus marchas, en las concentraciones y en las pancartas pegadas en las puertas de los locales tomados, muestran ese espíritu: ¡La Villa es del pueblo y no de los corruptos!!¡¡Fuera corruptos de la Villa!!. (en todos los locales) ¡Estamos fumigando para seguir estudiando!! (En económicas) ¡¡Chapa tu rata y libera a tu Facu! (local central)
Por experiencias vividas saben que la corrupción les ha causado mucho daño, tanto material como moral. Ellos sufren directamente la mediocridad académica, las carencias de bibliotecas actualizadas, la falta de equipamientos modernos en laboratorios, estudios y talleres. Carencia de materiales modernos de enseñanza en los salones de clases. Sin ciudad universitaria, comedor y movilidad universitaria diaria y, sobre todo, sin calidad en los servicios. En cambio sus autoridades, sin mérito académico alguno, se han apoderado del Rectorado, los Decanatos, las Jefaturas, las comisiones y los cargos de funcionarios de la universidad, que rotan solo entre “ellos” desde hace muchos años, con ingresos altísimos, que son una burla a la situación de privación de los estudiantes.
“Nos han quitado tanto, que nos han quitado el miedo / Si no nos dejas soñar, no te dejaremos dormir” (Local de Arquitectura)
Todas las universidades tienen una característica y sus estudiantes una identidad, dicho en serio y en broma, por que así es el espíritu juvenil. Decían: los villarrealinos no tienen identidad, no quieren a su universidad; son conformistas. Pero estos Villanos ya la tienen o la están construyendo. Uno de los lemas que corean con más fuerza y, a la vez, con orgullo da una pista para pensar en ello: ¡Villa, te quiero, por eso te defiendo¡¡ (consignas coreadas en los plantones y marchas)
La juventud está signada por el amor, la sexualidad y los sueños. La corrupción y los corruptos les quieren robar sus sueños. Es que los corruptos no tienen sueños sino pesadillas, no tienen amor, salvo hacia el mal. Mientras los jóvenes son vitales, los corruptos son pesimistas, les aterra el cambio. Sus miradas son ladinas y sus sonrisas hipócritas. Como ellos no valen, le ponen precio a todo: todo se compra y todo se vende. Cuando se venden creen que valen. Por eso son comprables. Los corruptos corroen la vida. Su podredumbre daña la pituitaria. Su miseria es total, sus vidas, sus cuentas, sus bolsillos y carteras, pues para el mal nunca es suficiente. El corrupto medra su miseria en la pobre vida que le ha tocado en suerte sin nobleza. Pareciera estar atrapado en su infancia. Siempre está luchando contra sus fantasmas. De ahí que opta por la vía del mal, para obtener aquello que no puede por la vía legítima. Y cuando obtiene lo buscado, cree aplacar a su fantasma, diciéndole: mírame, ya lo tengo; quiéreme, no soy un/una inútil. Mas el fantasma es insaciable.
Estos Villanos rebeldes son otra cosa. No están hechos para el mal. Por el contrario, han encendido una antorcha de esperanza en su universidad. Estos Villanos son los chicos buenos de la película. Tomar un local, vigilarlo día y noche, por tres semanas, implica mucho sacrificio: hambre, frio, peor aun en época de invierno, como ahora, con lloviznas que hielan los huesos. No obstante, la alegría está en ellos. Continúan en su batalla ¡¡Mamá créeme, estoy en la toma¡¡ ¡¡Mamá lo siento, pero la Villa es primero¡¡ (local central)
Estos lemas de los Villanos alegran. Son juveniles. Lejos de consignas políticas, no obstante que luchan contra un monstruo grande que pisa fuerte y tiene múltiples tentáculos. Estos Villanos no son destructores, como los otros, sino constructores. El día lunes 26 de julio los estudiantes de Trabajo Social tuvieron uno de sus mejores aniversarios que recordarán por siempre. Lo celebraron en el frontis del local central, tomado por ellos. Desde tempranas horas comenzaron a elaborar cadenetas, afiches, etc. En la noche lo disfrutaron con música, canto, rap, coctel, bocaditos que compartían con todos sus compañeros, con los que estaban sentados en las escalinatas, con sus compañeros que se encontraban dentro del local. Estos Villanos y Villanas, hijos del pueblo, tienen otra ética: comparten lo que tienen. ¡La Villa, luchando también esta educando!! ¡¡El miedo se acabó!!
Pero hay algo más que es necesario agregar en esta crónica. Las acciones de los estudiantes rebeldes no se limitan a denunciar la corrupción reinante en su universidad. Tienen el remedio. Piden democracia directa, participación en la elaboración del presupuesto de las Facultades, quieren participar directamente en la contratación y nombramiento de docentes competentes; quieren un uso adecuado de todo el dinero que el Estado asigna para su formación profesional. Han dicho basta al uso indebido de esos recursos por parte de sus autoridades. Para esto, ellos hoy están con el Contralor de la República, otro día en la Defensoría del Pueblo, otro momento con las autoridades de la Sunedu, otro día están coordinando entre los 18 delegados de las 18 Facultades y estos, a su vez, con sus respectivas bases. Están contentos con el trabajo de la Defensoría y la Contraloría, también con la Sunedu, pero no entienden cómo puede reconocer a la actual Asamblea Estatutaria, a pesar de haber sancionado a la universidad por la intervención de su ex rector en este órgano. Tampoco nosotros.
Estos Villanos, con su rebelión, no solo están deconstruyendo la corrupción reinante en su casa de estudios, sino también han descubierto su potencial y lo que unidos pueden lograr a favor de la universidad. Con todo esto, se puede entender por qué estos estudiantes se llaman a sí mismos Villanos. Walter Benjamin publicó en 1911, en la revista juvenil Das Anfarg, un espléndido ensayo titulado La Bella Durmiente, donde señala los deberes de los jóvenes en el mundo moderno, sugiriéndoles no sucumbir ante el pesimismo, que el príncipe que los despertará está por venir. En ese texto habla de las características universales de los jóvenes, como su capacidad de soñar, de rebelarse contra el mal, que en un lenguaje sonoro lo gráfica muy bien la agrupación Calle 13, en Vamo a portarnos mal. Estos Villanos, hijos del pueblo, se resisten a ser manejados a control remoto. Dicen, las autoridades no pueden con nosotros. Rompen la rutina repetitiva y las reglas de la inercia, pero con dignidad. Se sienten diferentes, no clones ni imitaciones. Van hacer lo que no se supone: caminar con las manos, saludar con los pies, hacer que llueva para arriba. Cansados de la corrupción, han dicho “vamos a portarnos mal para enderezar lo que anda chueco”. Enfrentándose a quienes quieren quitarles sus sueños. Por todo esto, y muchas otras cosas más, se llaman Villanos, pero también para burlarse sarcásticamente de los verdaderos villanos de saco y corbata, que se caracterizan por ser abyectos, alevosos, sinvergüenzas, bellacos. Rutinarios. Sin sueños.
Si, efectivamente da pena y verguenza enterarse de lo que estan haciendo las actuales autoridades de la U Villarreal y, por eso, felicito y me identifico con la lucha de los actuales estudiantes. Hay una Ley que cuenta con la aceptacion de casi todas las de Ues de todo el Peru, ahora la maxima autoridad es la SUNEDU, pero oponerse a esta institucion y a lo que dice la Ley no es mas que una muestra de los criterios mediocres que se han enquistado con el apoyo de los politiqueros de turno.
Adelante alumnos que no estan solos.
Julio Sandoval