Superando la mezquindad

Uno de los pocos logros que podrá exhibir el ya saliente gobierno huamalista está ligado a lo educativo. Los datos así lo demuestran y lo corroboran  instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que ha destacado la  mejora de las capacidades y las condiciones de desarrollo de los docentes, así como la universalización de la educación básica como los principales avances obtenidos  en ese sector de nuestro país, y que ha convertido al ministro Jaime Saavedra como el más destacado del  gabinete Cateriano.

Como es habitual en nuestro país cada vez que culmina un mandato presidencial, la tendencia es a resaltar lo malo y no reconocer lo positivo. Por eso, saber que hay logros y que éstos son reconocidos internacionalmente, deben llenarnos de satisfacción para, a la vez, plantearle al próximo gobierno que no solo los mantenga sino los mejore. Eso es lo que viene ocurriendo en el sector educativo que, hay que reconocerlo, no sólo es producto del trabajo comandado por el ministro Saavedra, sino por su antecesora, Patricia Salas O’brien.

 Es bueno recordar que Salas fue la primera Ministra  de Educación del actual gobierno que profundizó la aplicación del Proyecto Educativo Nacional (PEN), el mismo que, a la vez, se diseñó estando ella como Presidenta del Consejo Nacional de Educación (CNE), que se materializó en  el gobierno de Alejandro Toledo. El PEN  es Política de Estado; es decir, de obligatorio cumplimiento de los gobiernos que están llamados a ejecutarlo con planes operativos y presupuesto, y cuyos resultados deben verse finalmente materializados en el 2021.

 Es decir, los logros que empezamos a notar en materia educativa, no son solo del actual gobierno y menos de su hoy ministro de cartera, sino que es producto de un largo trabajo planeado, diseñado y consensuado por largos años, en donde un notable equipo de profesionales aportaron bajo la batuta de Patricia Salas O’brien.

 Como es común en la mezquina política nacional, eso no quiere reconocerse; es más, se ha orquestado una maloliente  campaña que desconoce que problemas nacionales como el educativo requieren de plazos largos para empezar a ver los resultados. Por eso me pareció justo y bien merecido la ceremonia que el viernes último se le tributó a Patricia Salas como la cabeza de ese equipo que se fajó construyendo el PEN. Allí, en medio, de sus familiares, amigos más cercanos de la universidad y del Ministerio de Educación llegados de Lima para el acto; sin la presencia de ninguna autoridad local, lo cual purificó el ambiente, allí Patricia Salas recibió, no sólo nuestro reconocimiento, sino también nuestro agradecimiento y admiración a la que fuera Presidenta del CNE, Ministra de Estado y hoy y siempre nuestra más querida amiga.