Tantas veces Majes Siguas II
Por los años de espera y su importancia socio-económica, obviamente Majes Siguas II fue uno de los grandes temas de campaña de las pasadas elecciones regionales. Entrevistando a todos los candidatos logré que prometieran que, de llegar al Gobierno Regional, no lo volvieran a inaugurar, pues este proyecto ha tenido tantas inauguraciones como todos los 40 años que está en espera. A pesar de la promesa, ayer hemos visto a nuestras autoridades regionales montando un espectáculo para anunciar un nuevo “inicio definitivo del proyecto”.
Nadie duda de la importancia del esperado proyecto, pues son cerca de 40,000 hectáreas que se sumarán a nuestra frontera agrícola que podrían crear un polo agroexportador y agroindustrial que beneficiaría no sólo a Arequipa, sino a todo el sur. Además, el proyecto también está pensado para contribuir a la generación de energía eléctrica con dos centrales hidroeléctricas que aportarán cerca de 500 megavatios. Es más, con el paso de los años, las expectativas han ido creciendo tanto que se habla, incluso, de la creación de una metrópoli que albergaría a medio millón de habitantes; es decir, estaríamos hablando del nacimiento de una “nueva Arequipa”.
Obviamente, tanta maravilla no se verá inmediatamente. Los optimistas dicen que será dentro de 8 años, que en la lógica del tiempo peruano significa, por lo menos, el doble; es decir, de concretarse y sostenerse el proyecto, veremos sus frutos en el 2031, ilusionados que en ese largo recorrido no aparecerán, parafraseando a Basadre, los podridos, congelados o incendiarios de siempre que ha sido uno de los motivos de tan larguísimo retraso.
A la concreción y sostenimiento de la obra no bastan los deseos, voluntad política e inversión, sino también la demostración que hemos aprendido de los errores de la primera fase de Majes; es decir, el indiscriminado fraccionamiento de tierra unido a tráficos delincuenciales, la escases hídrica, reducida inversión y poco espíritu empresarial de sus beneficiarios. Ojalá que hayamos aprendido la lección, caso contrario, con Majes Siguas II repetiremos el absurdo orgullo de tener las tierras agrícolas más caras del mundo para los niveles productivos más bajos.